jueves, 27 de marzo de 2008

Un árbol ha muerto


No es una foto de ocasión. Este árbol ha muerto. Antes yo venía a jugar en su único pie -cuando era mío el tiempo- y ya le notaba cierta hendidura en el tronco, como si un animal invisible empezara socavarle la raíz. Luego un huracán lo zarandeó, y parecía caerse, talado por su propio peso de árbol viejo. "Cada árbol es una catedral de hojas y cada hoja una catedral de estancias", decía Lezama, sentencioso. Hemos perdido entonces una catedral y la pérdida acaeció sin que lo notáramos, transeúntes de nuestras propias obsesiones no vimos la muerte gradual, la inclinación hacia la muerte. A las bestias heridas el hombre piadoso suele darles un tiro de gracia, pero nadie suele hacerlo con un árbol, casi nunca, salvo que sea una amenaza para el tránsito de los hombres. Yo he asistido a la muerte de este árbol; tan lenta ha sido que sólo ahora vengo a notar que ya está muerto y nadie ha salido a decirlo, ninguno de los que antes lo frecuentábamos camina luctuoso por el parque; es que ha muerto silenciosamente, como sólo los árboles saben morir. Ni siquiera el estrépito de la caída suena a exabrupto; cuando se produce el derrumbe, ya está muerto. Pero un consuelo he tenido de esta muerte: no habrá caída. Es la fortuna de morir en compañía de otros árboles. El viejo ha descendido hasta el hombro del otro pequeño que no lo dejará caer. Y descendió también muy silente, sin que su vecino lo notara; lejos de pesar como una encomienda gravosa, es una carga necesaria; es un árbol que reposa aunque haya muerto. Yo creo que los paseantes siempre urgidos por sus propios asuntos nunca sabrán que murió delante de ellos, las ramas áridas se confunden con el follaje de su protector. Y él mismo no sabrá que su agonía fue encubierta por otro, y es esbozo de un árbol agónico que nunca caerá, aunque parezca siempre que se precipita hacia la muerte. Sólo yo poseo este secreto. Sólo yo escribo el panegírico de los árboles. Sólo yo lo siento, ahora soy un árbol que ha muerto.

11 comentarios:

duanis dijo...

Maikel,en pocos momentos la muerte puede sostenerse de la vida, y es que acaso esa muerte no se pueda interpretar como un símbolo más allá de la guadaña. Un árbol ha muerto reiteras, y entre sombras de luz y verdor genealógico se sostiene .

Dichoso aquel hombre , que en su último instante viva ese mensaje que percibiste de la madre natura,
dichosos nocotros que al caer, tengamos un similar humano que nos aguante, detenga, que nos evite el golpe...Maikel ...Hasta los árboles hablan el sentido más común que el hombre como ser superior no interoreta a veces.

Un árbol ha muerto, en lecho glorioso.

tu amiga yara

Anónimo dijo...

Un gran símbolo has descrito, con la maestría que te caracteriza.

Cuando morí "de mí mismo", de "aquel que no era yo", me derrumbé como un árbol, entonces la Diosa vino a recogerme en sus brazos, sopló el barro en el que me convertí (savia deshecha), y salió una libélula de entre Sus dedos.

Alexia Lefebvre dijo...

No te conozco pero el cuento me pareció fabuloso. Para mí, los mejores cuentos parten de pequeñas muertes, de invisibles que notamos cuando el resto del mundo los ignora. Gracias por las palabras y saludos desde México.

Maykel dijo...

Yara, yo sé que tú has visto ese árbol, lo mismo que yo... Por ahí transitas todos los días. Gracias por el comentario.

Libélula, ahí está, es el árbol que prometí mostrarte. Es tuyo ahora también.

Al Godar, sin inconvenientes en tu lista amigo y ojalá crezca.

Alexia, gracias a ti por dejarte ver aquí. Un abrazo mío desde la Isla.

Animal de Fondo dijo...

La verdad es que siempre he pensado que las plantas son muy expresivas y se comunican muy bien con nosotros. Si no la cuidas, tu mujer te manda a freir gárgaras. Si no la cuidas, tu planta se muere. No se puede decir más con menos palabras.

Bianca Monroy dijo...

Ver morir un árbol, es como dejar morir un pedazo de sueño. Nada más reconfortante para mí que abrazar un árbol, sentarme bajo sus raíces o simplemente contemplarlo. Manifestación de vida, de lucha, de estabilidad y creatividad. Representación de ilusiones y deseos. La muerte de un árbol es una pequeña gran muerte en mi interior.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Mi querido Viajero.

Ya sabes qué hacer.

un gran beso

Libélula

Maykel dijo...

Luna, gracias por tus palabras, por llegar hasta acá. En lo de abrazar árboles ya hemos tenido cierto entrenamiento aquí.

Fmesmenota, tengo unas plantas en las ventanas que me exigen agua, a veces claman por agua. Por eso prefiero sembrar cactus.

Libélula, empezamos a andar finalmente. Un beso para ti.

odette farrell dijo...

Oh Maykel!

Estoy conmovida...me encantó la historia de ese árbol que reposa en brazos de su amigo.

Yo no podía vislumbrar en la foto cual era el árbol muerto... escribes maravilloso.

Yo amo las plantas y mucho más los árboles... algo que me inquieta es cuando me vaya de aquí... quién regará mis plantas?.... me puedo deshacer de los muebles, hasta de los libros...pero de mis plantas? Mi madre tiene un jardín y ya le pedí que me las cuide... pero sé que ellas me quieren a mi....

Maykel dijo...

Odette, yo estaba de verdad en deuda con ese árbol... Es que lo vi morir, así, sin poder impedirlo, cada día más inclinado, y yo antes lo prefería entre todos los del parque, tal vez por un hueco que empezaba a hacérsele en el tronco, el preludio -yo no lo sabía- de su fragilidad. Pero ya me consuelo, espero que nadie venga a aprovecharse y todos piensen que sigue vivo. Es maravilloso que se haya inclinado precisamente a ese lado, donde había algo -otro cuerpo- que podía sostenerlo. Como si lo supiera.
Es pecado pensar que los árboles son cosa inerte.
Un beso para ti que también lo sabes.

Anónimo dijo...

Me vino a la mente aquello de "Que no me vean caída. Muerta por dentro, pero de pie. Como un árbol."...en fin,menos mal que de un modo u otro ha quedado protegido...aunque una dríada ha muerto ...
Saluditos Mayk