domingo, 16 de marzo de 2008


El cuarto tiene una ventana
con barrotes;
es la moda de 1925 que se resiste
a la caducidad.
Ahí mismo
mis tías servían el té
sobre un cenador de incierta sombra,
tal vez demasiado ralo,
como en un cuento de Nathaniel Hawthorne
hay un corro
y el estrépito de las voces
se parece al caos.
Aquellas tías a veces estentóreas,
pero sólo en ocasionales paroxismos
de terror,
cuando los barrotes engrosaban
el instinto férreo y la casa
se mostraba
investida
con el hermetismo de las cárceles.
La casa que me ata
a sus columnas,
como otro estilita impenitente,
y levanta una frontera
de piedra visitada
por esos rostros,
otras máscaras monacales del Tibet.
La casa
por la fuerza
me retiene,
seduce con la tibieza de sus corredores,
deja oír voces inauditas,
enturbia sus cristales
con el vaho de los inviernos
para no dejarme
vislumbrar,
siquiera en lontananza,
el pecado de habitar
los parques.

10 comentarios:

Animal de Fondo dijo...

Maykel, he pasado un par de días en la playa; los niños tienen vacaciones. Allí he leído las cartas de María Zambrano y Lezama; mi ejemplar lleva también la correspondencia entre María Luisa Bautista y María, después de la muerte de Lezama. En esa última correspondencia estoy, aunque sé que me va a costar mucho comprender a Lezama. Pero bueno, gracias a ti tengo la ilusión de conseguirlo. Tengo en el mismo libro también el escrito "Cuba secreta", que he descubierto esta misma mañana.

La foto está sugerente y universal; sobre todo deja mirar y deja adivinar, por lo que uno puede proyectarse también y caminar con la imaginación por debajo de esas tejas, poblando los espacios.
Me ha gustado el poema, claro, como no; he recordado también, a propósito de todo esto, otro poema de Rafael Sánchez Mazas, con quien creo que sabrás que tengo un vínculo de admiración. Te lo copio, espero que te guste.

LA CASA ANTIGUA

La casa entre los árboles tenía
muros muy blancos, llenos de ventanas,
y esa hospitalidad y esa alegría
que canta el verdegay de las persianas.

Un tejado cansado con carcomas
y nidos en las vigas de madera
y arriba un palomar con sus palomas
y el humo lento de la paz casera.

El umbral rebajado, oscuro y puro
bajo la espesa sombra de vulgares
flores, entre moradas y bermejas.

Y en el umbral, ese calor seguro
de invisibles abrazos familiares
que hay en la sombra de las casas viejas.

Anónimo dijo...

¡Bravo, mi querido viajero! !es admirable que manifiestes tu Ser a través del verbo! y lo mejor, hacernos testigos de ello. Llegará el día en que todos hablaremos el idioma de la luz, y seremos conscientes de nuestras creaciones, no en balde Él-Ella, nos creó a su imagen y semejanza....hemos de sentir amaneceres orgásmicos, y de nuestras manos saldrán maravillas, tan poderosas como las que nos muestra Madre Natura. El Arte, como la CIencia y la Filosofía y la religión, son en sí mismos "recuerdos" de aquella época de luz que será nuevamente un día.

Ya lo predijo otro Maestro, Alejo Carpentier, en "Los pasos Perdidos":

"Un día, los hombres descubrirán un alfabeto en los ojos de las calcedonias, en los pardos terciopelos de la falena, y entonces se sabrá con asombro que cada caracol manchado era, desde siempre, un poema."

Y así será, querido poeta.... porque andamos y andamos "buscando la perfección", y dicen que uno busca lo que ya conoce.

"Paradiso" fue mi iniciación en los Misterios, mucho antes que los aquelarres y la celebración de los ciclos y de las estaciones: El Creador, el Todo, (a quien llamo La Gran Madre), nos habla en el Capítulo X, a las almas curiosas y antiguas como las nuestras, a través de esa otra madre, la de Cemí, Rialta:

"El paso de cada cuenta de rosario era el ruego de que una voluntad secreta te acompañase a lo largo de la vida, que siguieses un punto, una palabra, que tuvieses siempre una obsesión que te llevase siempre a buscar lo que se manifiesta y lo que se oculta. Una obsesión que nunca destruyese las cosas, que buscase en lo manifestado lo oculto, en lo secreto lo que asciende para que la luz lo configure."

Y dice también:

"Óyeme lo que te voy a decir: No rehúses al peligro, pero intenta siempre lo más difícil."

Este, es mi regalo a ti por tus palabras, que como tu beso y tus versos, están dadas por el placer de DAR.

Gracias y bendiciones

Libélula

Anónimo dijo...

Queridos fmesmenota y Maykel, en esta página de la Radio Española, hay un programa grabado dedicado a María Zambrano.

http://www.rtve.es/FRONT_PROGRAMAS?go=111b735a516af85ccdc4135d9df82c2e123009d61eb00f778b60af793b191c31f6de1dbd1281a60b6283041be25267dfe306f30159827b2b723b02d43fac37f6497fcaba8fce02ba

Ando buscando también sus libros, vuestra pasión me ha hecho desempolvar recuerdos...a propósito de Lezama estoy releyendo ahora "Orígenes: La pobreza irradiante" de Jorge Luis Arcos. Un ensayo sencillo, pero bastante profundo.

Mi edición de Paradiso, llena de notas y marcas pues fue mi Biblia por mucho tiempo, quedó en un viaje que di a México y del que regresé por amor tempestivamente a la semana de haber salido de la isla.

Tiempo después recuperé una copia del libro, y me la llevaba en este, mi segundo y definitivo viaje, pero un día antes de partir, un caminante de Isla que cazaba libélulas frente al mar de la Vieja Habana, me lo vio entre las manos, y fue tal su delicioso asombro, y nuestro largo coloquio, que tuve que regalárselo junto a un Cd de María Callas que también llevaba en el bolsillo. Creo que era un fantasma de poeta que vino a mí a despedirse, creo que era La Habana disfraza, creo que era Toda Cuba, o Yemayá misma.

No pude traerme "Paradiso" en este viaje, pero lo tengo grabado, junto a otros chismes de navegante, en el mismo sitio donde germinan los poemas enterrados en pilares hundidos de casas muertas.

En la carta de hoy a mi madre, que aun habita en la isla, le pido me busque un ejemplar (mi familia es heredera de la tradición de libreros, de los de siempre, y mi padre tuvo una de las más grandes bibliotecas que he conocido y la cual tuvo que vender en los tristes 90 a precio de café con leche. Luego de esa época, nunca más compró un libro.

Fue mi padre quien me iniciara en Lezama y Carpentier, mi madre, con su paciencia y su aire de montaña, me inició en García Márquez, Martí, y Dulce María Loynaz.

Por entonces yo me había auto- iniciado con Daína Chaviano, Chely Lima y Alberto Serret.

Extraño aquellos tiempos míos, los de mi Maestro Eduardo Heras León, los de los poetas de mi editorial, nuestros café-té-libros...los de mis paseos por el Bosque de la Habana, dejando poemas en hojas de yagruma y dejándolos navegar en el río, ofrendas a Nereidas y a Oshun.

Si pudiera regresar a un tiempo pasado de isla, regresase justo a aquel tiempo.

Pero el amor humano nos lleva demasiado lejos, por amor salí de mi isla, por amor volví a regresar, y por amor volví a salir...

"Voy a medirme el amor con una cinta de acero, una punta en la montaña, la otra clávala al viento"

Me refugio en estos versos de la Loynaz, en el amor divino, en esta tarde que me alumbra con su sol triste, y en ti. Deben ser presagios de primavera este aleteo de tataguas que siento y estas ganas insoportables de llorar.

Anónimo dijo...

Hoy me nació un poema, te lo regalo.

http://www.otrascondenas.blogspot.com/

Bendiciones

Libélula

Animal de Fondo dijo...

Juan M. García, del blog Desde Cuba me ha nominado para el premio Dardo 2008:
Premio Dardo 2008
A mi vez, yo te he nominado a ti:
A los amigos, con razón o sin ella
Se trata de que, si te apetece, tú nomines también a quienes pienses que son merecedores del premio.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

HoLa..lindo poema..como suele pasarme en tu blogo,conozco poco de María Zambrano pero,curiosamente,tu blog no hace que me sonroje por mi poco conocimiento (quizás debería) sino que salga a buscar mas información y encontrar nuevas cosa,así que gracias como siempre.Un abrazo =)

Anónimo dijo...

Querido poeta, a veces el silencio dice mucho más que el trueno. Te regalo mi silencio, en él cabe mi mundo y más. Sigue los símbolos, recuérdalos, sé que recuerdas.. nunca has estado lejos, nunca, y si te has burlado del tiempo ha sido porque somos eternos y el tiempo no existe, y si te has dejado vivir a la deriva, es porque confías en el agua, en el agua pura...como en el principio de los tiempos. La que nos recuerda Loynaz en su "Creación":

"Y primero era el agua: un agua ronca, sin respirar de peces, sin orillas que la apretaran...Era el agua primero, sobre un mundo naciendo de la mano de Dios...Era el agua...Todavía la tierra no asomaba entre las olas, todavía la tierra sólo era un fango blando y tembloroso...No había flor de lunas ni racimos de islas... En el vientre del agua joven se gestaban continentes..."

No has sido infiel, lo demuestra tu Don de la Palabra, promesa hecha antes de partir de tu hogar eterno. Alma antigua eres, tan antigua que te adivinas en la ola, en la luna, en las alas de la libélula, y las almas antiguas son siempre fieles al juramento original, al de manifestarse cada tarde con el sol que cae, con la brisa que juega a columpiarte el cabello, con el libro ojeado en el insomnio de isla, con el hermano desconocido.

Bebe nuevamente de le tierra, de la magia de la tierra, llámale Gaia, llámale Madre, llámale Yemayá, llámale tú mismo, y yo y Todos, llámale con sus muchos nombres, porque tienes el Don del llamado, el de re-nombrar las cosas, el de crear el lenguaje y el de destruirlo.

El Maestro Lezama te recuerda que eso es lo que más admira de ti:

"Que maneje fuerzas que lo arrebaten, que parezcan que van a destruirlo. Que se apodere de ese reto y disuelva la resistencia. Que destruya el lenguaje y que cree el lenguaje. Que durante el día no tenga pasado y por la noche sea milenario. Que le guste la granada, que nunca ha probado y que le guste la guayaba que prueba todos los días. Que se acerque a las cosas por apetito y que se aleje por repugnancia"

Y tienes razón, somos criatura de isla, todos lo somos, aún cuando nuestro pie bese con cada paso la que llaman "tierra firme", aún cuando nos han de arropar un día con esa misma tierra, que no por lejana, es ajena.

"La criatura de isla paréceme, no sé por qué, una criatura distinta. Más leve, más sutil, más sensitiva. Si es flor, no la sujeta la raíz; si es pájaro, su cuerpo deja un hueco en el viento; si es niño, juega a veces con un petrel, con una nube...La criatura de isla trasciende siempre al mar que la rodea y al que no la rodea. Va al mar, viene del mar y mares pequeñitos se amansan en su pecho, duermen a su calor como palomas. Los ríos de la isla son más ligeros que los otros ríos. Las piedras de la isla parece que van a salir volando...Ella es toda de aire y de agua fina. Un recuerdo de sal, de horizontes perdidos, la traspasa en cada ola, y una espuma de barco naufragado le ciñe la cintura,le estremece la yema de las alas...Tierra firme llamaban los antiguos a todo lo que no fuera isla. La isla es, pues, lo menos firme,lo menos tierra de la Tierra."

Vas por buena senda, hermano, sigue explorando puesto que eres también un Maestro. Llegará el día en que recordaremos nuestras alas, las de siempre, y surcaremos el aire, con la misma confianza que dejamos al agua guiarnos hacia la Meta. Una meta que ya está ganada, por eso no hay que preocuparse, más que en escuchar la voz pura de nuestro corazón.

“Yo seré como el río, que se despeña y choca, y salta y se retuerce... ¡Pero llega al mar!”

Te quiero, poeta

Libélula

Maykel dijo...

Fmesmenota: gracias por el soneto de Rafael Sánchez Mazas, por copiármelo, me recuerda algo de Federico Milanés -hermano de José Jacinto- que a su vez me remite a una página de Eliseo Diego, de quien hablaré aquí alguna vez. Paciencia con Lezama, ya verás cómo se rinde a la larga...

Noche, siempre disfruto hallarte aquí, compartiendo mi propio fragmento vesperal. He visto cómo permaneces.

A Libélula:
Vas convirtiéndote en mi genio protector. Tus incursiones bendicen esta página. Tu silencio me deja oír el rumor de unas aguas ignotas, el fragor de la isla, empeñada en no dejarse morir en tu memoria. Y cuando intento definirte, me domina otra vez el silencio, -"ah, que tu escapes en el instante..."- sin embargo, me alienta saber que tu silencio y el mío, en la armonía de la conjunción, contienen una multitud de estancias, la otredad toda, el sentido del silencio por exceso: un mundo. Y es ese otro mundo donde existimos realmente. Y es ahí donde no hace falta articular sonidos para decírtelo todo. Es ahí donde callo y me oyes, dónde te escucho mejor...

Anónimo dijo...

Querido Maykel, entre mis tantas cosas favoritas se encuentra el cine Mudo, el mismo que magistralmente definiera en un verso Fina García Marruz:
"No es que no tenga sonido, es que tiene el Silencio".

Y es por ello mismo que me gusta tanto. El Silencio, como sabes, tiene también su música y en él me refugio para ser como la hormiga que subió ayer a tu mantel buscando la dulzura abandonada, o el enigmático personaje de tu sueño recurrente... Porque tenemos el gran poder del YO SOY, el de la imagen y la semejanza. Reconociéndolo podemos desdibujar nuestros bordes, nuestros límites, y jugar a fundirnos con el Todo.

Pero en tu honor, hoy no habrá silencio reposado, "Sólo el incendio espejeaba
el tamaño silencioso del naufragio." Y me definiré para ti, porque quiero creer en "las preguntas de esa estrella recién cortada, que va mojando sus puntas en otra estrella enemiga." Y porque hasta "el viento gracioso se extiende como un gato para dejarse definir" y yo no soy menos que el Viento.

Me definiré en estos versos de una escritora cubana llamada Marié Rojas:

Yo "Soy esa isla a la que todos pueden dirigirse".

Te espero, mientras he de tejer galaxias con agujas de pino,

Libélula.

P.d ¿Vamos a Jugar hoy a los Yaquis?

Maykel dijo...

Yordan, creo que podemos jugar, aunque no lo hice antes, pero te confieso, tengo miedo que nos revelen algo, una visión semejante a la que recibieron los hijos del Coronel. ¿Y quién cumpliría entonces el mandato de fidelidad a un destino? ¿Los dos? Yo me sentiría obligado a mirar fijo a los yaquis, para descifrar el enigma de ese rostro incógnito... Y hace rato busco un destino más explícito en los vericuetos de la isla.
Entonces, ¿jugamos?