miércoles, 20 de mayo de 2009

El andén

-

También quedo atrapado en los sitios para irse. Aferrado al borde de los fierros aguardo los trenes que no volverán. Recién acabo de descubrir esta pasión. Demasiadas miradas sobre el andén. No son los andenes del mundo, sino éste. ¿Por qué vuelvo como si esperase el tren de la medianoche? ¿A quién espero en el andén vacío? ¿Qué fragores vislumbro con la oreja pegada a la tierra? ¿Aguardo por alguien que debe llegar? ¿O son engañosos los pasos que me inducen a marcharme a cualquier parte? Hurgo en mí y en el pasado. Sólo recuerdo llegadas, multitud anónima que viene, jornaleros, dignatarios, gente respetable, vagabundos, poetas…

Jacinto Amar, el pícaro; el pequeño Lamoglia, pintor escenógrafo; Antoñica Otero, la bruja; Gertrudis, la desdichada Tula; monseñor Bernardo Piñol, arzobispo exiliado de Guatemala; White, el músico; Galli-Curci, la soprano; Gómez, el general; Federico y Gabriela… Todos vienen, descienden entre vapores, sonríen, desempacan; pero este es un sitio para irse.

3 comentarios:

El peregrino dijo...

Nostalgia se llama esta entrada. Nostalgia del andén lleno de gentes, de viajantes, que no viajeros.
Qué alegría siento de poder leerte de nuevo.

vanto y vanchi dijo...

El peregrino tiene toda la razón. Es nostalgia, ese airecito a presente y lejano que acecha todas las imágenes del pasado, incluso las que tomamos ayer.

¿Cómo te va? Recordé, gracias tu visita, que un amigo y yo estaremos en la Isla en septiembre. Las recomendaciones son bienvenidas, so pena de no ser demasiado "encajoso", ;)

Saludos, colega.

Maykel dijo...

El Peregrino, Vanto y Vanchi:
Tanta nostalgia que de aqui mismo he partido y recien acabo de regresar.

Vanto, puedo llenarte los bolsillos de recomendaciones, pero creo que serian demasiado personales y no se si te sirvan. Intentare sugerirte como si se tratara de mi propio viaje. Esperalo en una proxima entrada.

Abrazos a los dos...
(El teclado sigue renuente a las tildes, asi que acentuen al gusto del consumidor)