Sagua la Grande fue declarada Monumento Nacional este lunes por votación unánime de la Comisión Nacional de Monumentos reunida en el antiguo ayuntamiento de Matanzas. La declaratoria se hizo esperar varios años. Los límites del centro histórico urbano fueron reajustados, algunos pasajes del expediente debieron reescribirse; antier se dudaba todavía de la veracidad de la noticia.
Además del valor arquitectónico de la villa, exponente valioso de las urbanizaciones del siglo XIX, importó el renombre de algunos notables que Cuba y el mundo acunaron en esta ciudad. En el reducido ámbito de las 34 manzanas del centro histórico nacieron Ramón Solís, llamado un día “el mejor flautista del mundo”; Joaquín Albarrán, uno de los padres de la urología moderna; Rodrigo Prats, gran artífice del teatro lírico cubano; Jorge Mañach, el escudero de Martí; Enrique González Mántici, compositor cerebral, innovador y cubanísimo. En las inmediaciones de la zona declarada nacieron Wifredo Lam y Antonio Machín. En algún sitio que nadie recuerda nació también Enrique Labrador Ruiz, reinventor de la narrativa cubana en el siglo XX. Sagua es la patria accidental de Peter Henry Emerson, uno de los pioneros mundiales de la fotografía artística. Y la ciudad no solo tuvo la fortuna de auspiciar nacimientos: fue el postrer paisaje de Juan Jorge Peoli, el pintor romántico, y acoge todavía en alguna parcela ignota a Francisco Pobeda y Armenteros, vate humilde que consignó el primer cielo de la poesía cubana.
Desde la zona reconocida ahora en su trascendencia, que abarca 32,07 hectáreas y posee 567 inmuebles, se extenderá la protección a otras 13 manzanas que circundan al nuevo Monumento Nacional.
Arelys Fernández, la arquitecta que dirigió el proyecto, estuvo en Matanzas y defendió la aspiración de la Villa del Undoso ante la Comisión Nacional de Monumentos. Dice Arelys que la intervención de Felicia Chateloín, profesora de la Universidad de La Habana, fue rotunda. Los comisionados votaron unánimes. Entre ellos se hallaban arquitectos tan acreditados como Daniel Taboada, Gina Reyes e Isabel Rigol.
Sagua la Grande es Monumento Nacional desde este 5 de diciembre de 2011 y yo he pensado en Joaquín Fernández Casariego (1814-1867), a quien llamaron una vez “genio protector de Sagua la Grande” y fue el visionario que nos dotó del primer alcantarillado de Cuba, y en Antonio Miguel Alcover y Beltrán (1875-1915), el tenaz cronista de la villa, sagüero trasnochado que pretendió celebrar aquí una exposición universal. He pensado en Juan Caballero, el misterioso fundador. Que este reconocimiento sea también un homenaje a ellos y a todos los que creyeron en el carácter trascendental del acto de fundar una ciudad.
Los amigos que me han frecuentado durante estos años saben del apego que siento por Sagua, conocen cómo he hurgado en su misterioso devenir y cuánto he pugnado por persuadir de que -en su aparente medianía- es un sitio de resonancias universales. Por eso entenderán que yo esté tan contento.
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Foto: Iglesia de la Inmaculada Concepción, Sagua la Grande.
7 comentarios:
Maykel, tu felicidad es también la de nosotros, aunque los encantos de Sagua la Grande nos hayan sido develados a través de tus ojos, tus palabras y esa mano que con acierto nos lleva a sitios, historias y nombres olvidados por otors y revindicados por ti, escribí hace algunos días un comentario en la blog de Adrián, donde supe de la noticia, y repito aquí ahora que no por desconocida su tierra deja de conmoverme el amor que sienten los sagueros por ella, tu espada de caballero merece crédito en esta victoria, así como triunfador goza del premio y sé que es innecesario decir que seguirán relamando brazos guerreros para que el Monumento Nacional reciba beneficios, no les faltará coraje a los sagueros para blandir la nobleza de sus ancestros y hacerle sitio hasta el pedestal merecido en la historia patria y universal...
Será un gusto seguir acompañándote mientras desnudas tu villa para nosotros...
Un abrazo preñado de parabienes...
Felicidades, Maykel. Como dice Yolanda, todos queremos ya a tu Sagua. Quedaron atrás las antiguas visiones nuestras, de viajeros errantes, y permanecen los paisajes de sueños que tú has insertado en nosotros. Serán 32,07 Ha. para quienes puedan todavía visitarla. Para los que no, su extensión se reduce y se eleva a la marcada por tus palabras y tus ojos.
Abrazos.
Hay un pedacito de ese nombramiento que te corresponde, has sido un defensor de tu ciudad y una fuente en la que han bebido los que no la conocen.
Claro que tienes que estar contento, nosotros, tus lectores, también.
Gracias a todos.
Abrazos.
Enhorabuena, Maykel. Pero entre nos ya sabemos que nuestras pequeñas Arcadias y Amherst no necesitan nombramientos externos para que sepamos entender su brillo y valor. La noticia no es más que la confirmación de que por fin los que deciden "han aprendido a ver", como en el poema de Dickinson, después de tanto golpearse la frente. Me alegro por lo que implica en las labores de conservación e inversión. Tú mejor que nadie conoces del alcance del nombramiento a efectos oficiales.
De todos modos, déjame decirte que para mí seguirá siendo la villa que leo en tus crónicas, la que vi en las páginas de Eva Canel.
Un abrazo fuerte.
Por cierto, te faltó nombrar a nuestro amigo Germán Puig, fundador de la Cinemateca de Cuba. Como buen sagüero no te lo perdonaría. :)
Félix, espero que Germán me perdone. Me concentré en los más "antiguos". Supongo que por una cuestión de afinidad cronológica él no quiera aparecer junto a Albarrán, jajaja..
A él nadie puede sacarlo de esa lista.
Tú y yo, claro, seguiremos de fijo mirando lo que decía Eva Canel.
Un abrazo, Félix.
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