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Recién advierto que los hombres se dejan reposar en el alud.
Sus pechos, apenas combados, deforman el muro,
se fruncen bajo la guirnalda.
Les miro con avidez. A los hombres caedizos he llevado
la petición de acogernos; el sueño de que nos hagan sitio
no consiguen cumplir.
La ruta larguísima acaba frente un portón abierto,
el preámbulo anónimo de otro sitio
que pretendemos visitar y nos recibirá forzosamente
en sus asientos de mimbre.
Porque en todos mis sueños hay caminos prolongadísimos
me extiendo sobre el camino torpe, consiento el tránsito.
…………………
Fauré es un viejecillo anticuado.
Le oigo al borde del pretil, con acentos que incitan a caer.
Y el viento, que se considera afligido,
contiene su propia refutación de alas.
Fauré, ahora vertiginoso, impugna su noción con una imagen despejada.
Sobre las pilastras, un cielo antiguo.
El cielo enmohecido por la borrasca
me lo enajena el cuerpo debajo de mí.
Y la música que le oigo, incitándome.
……….
Atiendo a la casa que nos aguarda y a sus escrituras.
Un siglo le debemos.
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Foto: Padre Varela y Luz Caballero, Sagua la Grande
Excelente reflexion amigo me gusto... muchas gracias por compartirnos :)
ResponderEliminarAy nictálope, vengo llegando, casi. Estuve en tu Sagua, en tu puente, estuve sentado por menos de un minuto en tu parque, en el mismo banco de aquel soldado ¿recuerdas?
ResponderEliminarOdié Sagua en diez minutos y la recorrí en menos de una hora, pero los viernes son días perdidos para el saludo.
Ya no volveré.
Un abrazo, Hebert.
ResponderEliminarAnónimo: ¿quién tú eres? Debiste llamarme, avisarme, no sé...
que buenas palabras, excelente reflexion espero sigas escribiendo.
ResponderEliminarUn mes y medio varados en las tres estancias. ¿Cómo sigue el camino?
ResponderEliminarAyer regresé de Camagüey.
ResponderEliminarFélix, a veces dudo si queda algo por escribir.
No debe quedar nada por escribir, pero lo gracioso es seguir escribiendo. ¿No siguen pasando los días, los meses, las estaciones? Los números se parecen y también los lugares y las vidas. Es útil seguir contando en apariencia las mismas cosas, porque se actualizan con elementos de un tiempo "nuevo". Los temas siempre están: hazlos tuyos. Dejar de escribir es como dejar de pensar. O de cantar. En definitiva disfrutamos cantando las mismas canciones, con la misma letra y melodía, y todos las cantamos distinto, ¿no?
ResponderEliminarPor eso seguimos entrando aquí. Buscando eso: tu voz. Los temas más o menos los podemos conocer o imaginar.
si debes seguir escribiendo, maykel, es como te lo dice felix, escuchamos las mismas canciones las cantamos y son las mismas por decadas y decadas y cuando son buenas nunca se dejan de escuchar ni de cantar! pero lo bueno de esto es que cada quien la canta de un modo diferente! tu escribes muy bien!
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