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Un buhonero desde lejos
avisa que sobrevienen
los humores y lastiman
las espaldas doblándose sobre el broquel.
Podría guarecerse bajo los arcos
si no viniese guarnecido
de su propio ingenio, porque
a los transeúntes replica
con galimatías que imponen
el signo protector de un manto
cuando se repliega
y parece una piel inmarcesible.
Consideré qué anunciaba
y fui incitado por la avidez de
la posesión.
Como sucede cuando
me convidan a poseer y acudo
a ejercitarme
fui menguado
por tales mercaderías.
...
El viaje
Descarté dos centavos en la estación
penúltima del víacrucis
para que mi abuelo reclamase
la ofrenda de agonía que se abona
en el tren que sigue
hasta el pueblo vecino
y permite regresar con el mismo boleto.
El camino -como una misa larga-
transcurre según el esquema responsorial.
Digo –puedo describir con insólita videncia-
lo que ignoro:
fue muerto en la sabana y no volvió
a retribuirme aquella ofrenda
que exigían en la cancela para consentirnos a bordo.
...
Este hilo
Que hable soez como un buhonero
castigado por un niño inclemente
se deja apedrar y devuelve sus rocas
aturdidas con el puño roto
no me dota de coraje para confesarte
cómo subo a la casa,
qué piernas delicadas me alzan
frente al parteluz
y qué voz no alcanza a llamarte
como debiera y desprende
de mis ropas al suelo este hilo de voz.
...
Foto: La mercancía del buhonero de esta mañana.
Te sigo leyendo todos los días, lo imaginas ¿no?
ResponderEliminarMe encanta!!!!!
ResponderEliminarBonito blog, me quedo entre él. Gracias.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias a ti por pasar.
ResponderEliminarUn abrazo.