Ha venido, Libélula, tu emisario al palacio tardo barroco, dicen que herreriano, y se ha topado en el pórtico con el indecente Fernando, alias “El Deseado”, séptimo de su nombre. De frente, es el mismo reyezuelo; de perfil, aplatanado como parece hallarse, amenaza con aligerar la vejiga delante de los viandantes; o exhibir sus reales atributos ante las risueñas habaneras que tanto nubio han contemplado ya. ¡Ridículo destino! Fijaos, Libélula mía, como sostiene este infeliz el cetro de su entrepierna bajo el mediodía insular. ¡Cuánto bochorno!
He cumplido la misión encomendada; traspuse la portada ceñida por el escudo de las Españas; me introduje en el patio, que había creído más ancho; fui a escudriñar las librerías y los almacenes. Por bagatelas venden todo, en comparación con los ducados que me exigen los libreros de la plaza. ¡Quién lo diría: vale más ahora hacerse a la costumbre áulica!
¿Raudal decíais? No he podido hallarlo. Una nariz como griega que bajaba, parsimoniosa, ¿sería la princesa Basilisa Papastamatía? Jaque mate para mí: no era
En el patio, a la derecha, hay algo como una lápida cuadriculada o piedra de Roseta; está borrada, nada dice. ¿Qué hacer con un texto tan reticente?
Libélula querida, de una hoja revoltosa que bajaba del cielo he hecho una lengua, digo, un barco de fuego, y lo he puesto en las aguas de la bahía. Confío en que ha de llegarte el mensaje allende el Atlántico: las piedras verdes del palacio soplan donde
Oh viajero..... (como diría la duquesa aquella del unicornio del cuento de la Vian) oh.. oh.. oh..
ResponderEliminarMe alegra te hayas detenido a contemplar la a(p)ctitud del orinante Fernando como solía hacerlo este descarriado en sus tardes de ocio para burlarme un poco de algo que fuese piedra vieja. Me alegra también el patio y los libros. Qué pena no viste a R. por aquellos lares, falsa pitonisa que pensó pudiera ser acaso el R de tus predicciones! Celestina absurda. No viste en la plaza de armas al vendedor de ojos grises, gnóstico, budista? Fue él quien compró la biblioteca familiar y a los 19 me advirtió que estaba mal tomar hormonas para el crecimiento de pechos.
-qué dices? le pregunté varias veces porque no entendía nada de nada.
-Tus pechos, que parecen de chica por tomar hormonas, eso da cáncer.
Reconozco que tengo pezones de madonna que amamanta a niño, pero nunca me ha dado por tomar bebedizos para ello, qué puedo hacer con este andrógino que soy?
Ay de mi "Retacito y la nube", y de mi "Anatomía para niños" y de mi "Viajes sin pasajes"..... comprador de recuerdos el de los ojos grises, tan gris como los hombres de "Momo". Ay de mis pechos secos de amamantar muñecas y cachorros sin pedigrí.
Me complace hayas recordádome en una hora astrosa, en este tiempo donde el polvo me agita y no me canso de agitar al polvo con el abanico blanco que me regaló Patricia y que por mucho que mezo y mezo, y soplo y soplo no logro hacerme crecer como Alicia dentro de la casa del Conejo Blanco. la nueva casa a donde me he mudado hace unos días, luego del nefasto 7. Estoy lleno de baúles uno encima del otro, y el ordenador este, pobrecillo, encaramado en una máquina de coser antigua.
Espero esta semana acomodar cada cosa en su sitio y que no haya más mudanzas hasta dentro de 15 años en que me vaya a vivir a Cienfuegos. Espero....
Quizás pases por la Villa, lo presiento, sigo sonámbulo a la espera de un verso, una flor, un cometa, cualquier cosa que me haya resucitar a Emily, a Libélula, a árbol.
Así, con un beso, muere,
tu....
No sé que sucede,pero no hemos coincidido por más que hago...Te tengo algo,algo que quiero darte,espero nos veamos pronto..Contigo,en la distancia..
ResponderEliminarQueridos Libélula y Noche:
ResponderEliminarSigo de viajero, de peregrino disperso tras el camino que debe conducir siempre al reencuentro. Todavía no termino los exámenes de este semestre, y la Isla calienta demasiado los cabellos y las sienes, tanto que no se halla sosiego...
La Internet sigue esquiva, más ahora que el lema de todos es el ahorro, las economías, la austeridad en un verano visitado por la crisis que también alcanza a las islas.
De cualquier modo, estoy con ustedes, en Villa Diodati, sitio de las invenciones que afortunadamente se encuentra en Suiza.
Nos vemos aquí.
Queridos Libélula y Noche:
ResponderEliminarSigo de viajero, de peregrino disperso tras el camino que debe conducir siempre al reencuentro. Todavía no termino los exámenes de este semestre, y la Isla calienta demasiado los cabellos y las sienes, tanto que no se halla sosiego...
La Internet sigue esquiva, más ahora que el lema de todos es el ahorro, las economías, la austeridad en un verano visitado por la crisis que también alcanza a las islas.
De cualquier modo, estoy con ustedes, en Villa Diodati, sitio de las invenciones que afortunadamente se encuentra en Suiza.
Nos vemos aquí.
Yordy, es increíble: leíamos los mismos libros, el mismo "Viaje sin pasaje", "Anatomía para niños", "Alrededor de la naturaleza"...
ResponderEliminarDentro de quince años estarás en Cienfuegos?
No es demasiado tiempo, como para tentar a las Moiras?
En tres lustros, probablemente yo siga en la Villa del Undoso; las Moiras habrán de consentirlo...
Un beso, madonna manierista, que así te veo.
El Nictálope.
Ay viajero, la delicia de leer las mismas cosas! hace tanto que no compartía estos códigos! Daría mi baúl de viajero, (donde atesoro mis libros, papeles importantes salvados de la tierra y más recientemente mis hilos de colores para tejer) por estar una tarde de té con usted, sentados en mecedora y cojines, sólo para contarnos lo que ya sabemos pues parece ser que en sitios diferentes, en diferente época pero en la misma dimensión de isla, hemos vivido el "coincidir", como dice la canción:
ResponderEliminar"Si la vida se sostiene por instantes
y un instante es el momento de existir
si tu vives otro instante no comprendo
tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio
y coincidir..."
Gracias por recordarme, y por tus visiones mías.
Espero salves los escollos de isla, de internetes y demás atrezzos y que no pasen 14 años sin que conoscas Bomarzo, París, Valencia y sumerjas tus manos que amo tanto, en los distintos mares de Gaia.
Las Morias y yo tenemos un pacto, me iré felizmente y en silencio en una cama de Cienfuegos, bajo el techo de una casa de madera antigua que servirá de refugio a viajeros exactamente, a los 48 años. Si pasa un año más y no me llevan, me dejarán en este mundo hasta los 150 convirtiéndome así en un matusalén que sabe demasiado y con el sombrero lleno de libélulas que se escapan siempre que voy a orinar.
(Esto último es de muy mala educación porque cuando uno es un matusalén con sombrero y antes fue Madonna Manierista, tiende a convertirse en un Botero, y no me refiero a los "simpáticos" chóferes de coches antiguos que ofician de taxi en la Veja Habana... muy mala, muy mala educación)