Por estos días todo se complica con lluvias y trastos: una de las computadoras se rompió sin avisar, sólo queda una conectada, así que avizoro alguna dificultad para pasearme por todos los sitios que me embrujan... Pero, suerte en cada labor, tejedora. !Ya volveré!
Viajero, no es necesario apretarte para saber las palabras que por los rincones susurras o la piedra vestida de musgo que acariciaste ayer y quedó grabada en alguna parte de tus manos.
Padrísimo encontrarte en estos espacios!! ¡Lindo tu blog! ¡y linda tu tierra! No tengo el gusto pero admito que está dentro de los planes de este año, ya veremos qué sucede.
Y qué puedo yo decir de "la queer life" si no hago más que vivirla pensando que alguna vez será diferente.
Abrazos mexicanos
(Michael S. Fitzpatrick te manda saludos; está en mi cama fumando frenéticamente porque anoche me fue de fiesta con unos amigos y lo dejé solo con su Guiness...tal vez él me acompañe a Cuba).
Gracias por pasar a verme. Si Cuba te tienta no será un milagro que te encandile: es habitual que la isla embruje.
Creo que mi homonónimo Fitzpatrick se porta demasiado bien, cual maniquí de vidriera ataviado con paciencia de lord... Dile, por favor, que se cuide del peligro queer.
Saludos cubanísimos para ti. Ya nos encontraremos otra vez...
A Libélula: Sigo apareciendo como un mal intermitente, y lo entenderás, pues aquí no termina la epidemia de las máquinas. He escuchado a Bola otra vez, y tengo cosas para ti: las Danzas melopeas inventadas por Luis Carbonell sobre la música de Ignacio Cervantes. Las conocí y en ti pensé, porque vas a reírte tanto como yo y admitarás también que son geniales.
Viajero, te debo la historia, pero llueve tanto por estos lares! Tanto como en Macondo.
ResponderEliminarEstoy aprendiendo un misterio nuevo, pásate por el templo.
Un beso de los bien grandes...
Sibila
Por estos días todo se complica con lluvias y trastos: una de las computadoras se rompió sin avisar, sólo queda una conectada, así que avizoro alguna dificultad para pasearme por todos los sitios que me embrujan...
ResponderEliminarPero, suerte en cada labor, tejedora. !Ya volveré!
Oh mi viajero, cuantos escombros, cuantos bancos de arena te llevan siempre a naufragar. Pero tú eres Ulises y llevas ïtaca dentro.
ResponderEliminarEstoy escuchando a Liuba y estaba pensándote.
Tejeré unos guantes para tus noches, uno lila y otro rosa. No quiero que el frío haga demasiado mansos tus dedos y dejes de escribir.
te beso y te bendigo
tu Libélula
Viajero, no es necesario apretarte para saber las palabras que por los rincones susurras o la piedra vestida de musgo que acariciaste ayer y quedó grabada en alguna parte de tus manos.
ResponderEliminarCantemos con el Bola, cantemos.
Hoy te hecho de menos, mucho.
"¡Feliz quien junto a ti por ti suspira!"
te Beso
P.d Tengo un álbum ahora en "Fotolog" donde colaré las fotos que voy haciendo.
ResponderEliminarhttp://www.fotolog.com/cartasyespejos
bendiciones!
Libélula
Padrísimo encontrarte en estos espacios!! ¡Lindo tu blog! ¡y linda tu tierra! No tengo el gusto pero admito que está dentro de los planes de este año, ya veremos qué sucede.
ResponderEliminarY qué puedo yo decir de "la queer life" si no hago más que vivirla pensando que alguna vez será diferente.
Abrazos mexicanos
(Michael S. Fitzpatrick te manda saludos; está en mi cama fumando frenéticamente porque anoche me fue de fiesta con unos amigos y lo dejé solo con su Guiness...tal vez él me acompañe a Cuba).
A "Vanto y Vanchi":
ResponderEliminarGracias por pasar a verme. Si Cuba te tienta no será un milagro que te encandile: es habitual que la isla embruje.
Creo que mi homonónimo Fitzpatrick se porta demasiado bien, cual maniquí de vidriera ataviado con paciencia de lord... Dile, por favor, que se cuide del peligro queer.
Saludos cubanísimos para ti. Ya nos encontraremos otra vez...
A Libélula:
Sigo apareciendo como un mal intermitente, y lo entenderás, pues aquí no termina la epidemia de las máquinas.
He escuchado a Bola otra vez, y tengo cosas para ti: las Danzas melopeas inventadas por Luis Carbonell sobre la música de Ignacio Cervantes. Las conocí y en ti pensé, porque vas a reírte tanto como yo y admitarás también que son geniales.
Libélula, !tejedme!