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He prometido; estoy obligado -¿pudiera intentar siquiera una nómina cronológica de mis deudas?-. Veremos:
A Maylé debo la reescritura de mi ensayo sobre el óleo de Joseph Cornelius Correns; ella cree que si divulgamos el texto -piensa mostrárselo al párroco- tal vez salvemos el cuadro.
Mi hermana, que está en Venezuela por unos meses y anda nostálgica, quiere hacerme escribir sobre nuestra familia -aflora otra vez la manía genealogica-; piensa que no somos tan comunes -es el argumento que usa para convencerme la taimada- y así me convoca a urdir crónicas que -no me parece tan casual- ya venía esbozando.
A Noche, prometí mi propia versión de Alejandra Pizarnik.
Para Animal de Fondo -en esto me va la vida- estoy obligado a revelar la Cuba Secreta que pervive bajo las piedras y es inmanente e inapresable, como creyó Lezama que debe ser la sustancia de la poesía.
Cedeño, el polemista, espera que aporte lo mío a su reciente debate sobre los medios y la diversidad sexual. Personalmente le comenté mis opiniones y ahora tengo que hacerlo por escrito para que la polémica cobre la sazón que el gourmet Reinaldo y sus lectores -yo mismo- tanto disfrutan.
Le dije a Yolanda de una estampa de bateyes que me ronda la memoria; he prometido por hábito, compulsivamente, sin calendarios ni relojes; descreo del tiempo. Rey Mono espera por los viajes que todavía no he podido emprender, de antemano se los prometí, antes de salir por los senderos ignotos.
Hice recuento, y abruman.
He prometido; estoy obligado -¿pudiera intentar siquiera una nómina cronológica de mis deudas?-. Veremos:
A Maylé debo la reescritura de mi ensayo sobre el óleo de Joseph Cornelius Correns; ella cree que si divulgamos el texto -piensa mostrárselo al párroco- tal vez salvemos el cuadro.
Mi hermana, que está en Venezuela por unos meses y anda nostálgica, quiere hacerme escribir sobre nuestra familia -aflora otra vez la manía genealogica-; piensa que no somos tan comunes -es el argumento que usa para convencerme la taimada- y así me convoca a urdir crónicas que -no me parece tan casual- ya venía esbozando.
A Noche, prometí mi propia versión de Alejandra Pizarnik.
Para Animal de Fondo -en esto me va la vida- estoy obligado a revelar la Cuba Secreta que pervive bajo las piedras y es inmanente e inapresable, como creyó Lezama que debe ser la sustancia de la poesía.
Cedeño, el polemista, espera que aporte lo mío a su reciente debate sobre los medios y la diversidad sexual. Personalmente le comenté mis opiniones y ahora tengo que hacerlo por escrito para que la polémica cobre la sazón que el gourmet Reinaldo y sus lectores -yo mismo- tanto disfrutan.
Le dije a Yolanda de una estampa de bateyes que me ronda la memoria; he prometido por hábito, compulsivamente, sin calendarios ni relojes; descreo del tiempo. Rey Mono espera por los viajes que todavía no he podido emprender, de antemano se los prometí, antes de salir por los senderos ignotos.
Xawa-on-wave-river, tal literal y sorprendente como cierto menú de mariscos de fama -seafood-, ha solicitado una fe de lectura que estoy dispuesto a ofrecerle.
Para Astrolabio tengo las genealogías guardadas bajo el colchón, una inmaculada que me obsequian desde el pasado, la isla entera que veo y ando; prometí hacérsela ver y andar como si yo fuese su alter ego insular.
Para Astrolabio tengo las genealogías guardadas bajo el colchón, una inmaculada que me obsequian desde el pasado, la isla entera que veo y ando; prometí hacérsela ver y andar como si yo fuese su alter ego insular.
Todos aguardan por la revelación del destino de María Camión.
He prometido. Hoy, mientras paso lista a mis deudas, prometo -no puedo evitarlo, ya ven- satisfacerlas en su momento; probar que las recuerdo minuciosamente es, de cierta manera, empezar a cumplirlas. Recuerdo una promesa a mí mismo: darme una vuelta por el mar, que no veo hace meses. Tanto río me obsede con el axioma de Heráclito y necesito también lo infinito estático y bullente contra su propio torbellino.
Abrumado por estas deudas, asumo el último sentido metafísico que pudieran tener para consuelo de un espíritu tan complaciente como el mío: no he de morir, pues habré de cumplirlas primero. Y en lo que me burlo del tiempo, subo hasta mi azotea preferida a mirar los matices de otro crepúsculo sobre el cielo de Sagua la Grande...
He prometido. Hoy, mientras paso lista a mis deudas, prometo -no puedo evitarlo, ya ven- satisfacerlas en su momento; probar que las recuerdo minuciosamente es, de cierta manera, empezar a cumplirlas. Recuerdo una promesa a mí mismo: darme una vuelta por el mar, que no veo hace meses. Tanto río me obsede con el axioma de Heráclito y necesito también lo infinito estático y bullente contra su propio torbellino.
Abrumado por estas deudas, asumo el último sentido metafísico que pudieran tener para consuelo de un espíritu tan complaciente como el mío: no he de morir, pues habré de cumplirlas primero. Y en lo que me burlo del tiempo, subo hasta mi azotea preferida a mirar los matices de otro crepúsculo sobre el cielo de Sagua la Grande...