tag:blogger.com,1999:blog-16231761890136845192024-02-18T21:07:34.615-08:00el NictálopeDos patrias tengo yo: Cuba y la Noche.Maykelhttp://www.blogger.com/profile/15895893383192361711noreply@blogger.comBlogger238125tag:blogger.com,1999:blog-1623176189013684519.post-34257696899211084142015-05-18T21:40:00.001-07:002015-05-18T21:40:33.632-07:00Socialismo sí. Notas sobre la VIII Jornada cubana contra la homofobia y la transfobia<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7z3AXim5BnCpHer-nCUdDkKj8x2ys3DzR0ESsJrYuRxi8M6B5qYs3PkaaIkNstwihxj4t-X81cbBe5M5Il9O3BgzkA5NSJI45-a9b3zKuaVtr2iOdgAaYd421aL1QRTzwupTM9KZSuto/s1600/marcha_santaclara1.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7z3AXim5BnCpHer-nCUdDkKj8x2ys3DzR0ESsJrYuRxi8M6B5qYs3PkaaIkNstwihxj4t-X81cbBe5M5Il9O3BgzkA5NSJI45-a9b3zKuaVtr2iOdgAaYd421aL1QRTzwupTM9KZSuto/s320/marcha_santaclara1.JPG" width="284" /></a></div>
<br /><br />¡Socialismo sí, homofobia no! –corean en la marcha-. Voy entusiasmado: Santa Clara celebra la manifestación pública más extensa y genuina que conoce Cuba por el Día internacional contra la homofobia y la transfobia. Cientos de personas convocadas por una institución cultural, ocupan el centro de la ciudad, suman transeúntes. <br />
<br />Socialismo sí. Mientras marchaba, el “sí” me dio una pedrada. ¿Ha sido el socialismo cubano propicio a la igualdad de las personas LGBTI? ¿Cómo encauza el Poder su relación con la sociedad civil que empieza a despuntar en Cuba? <br />
<br />Una semana antes de la marcha santaclareña, funcionarios del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), junto a un par de activistas sudamericanos, <a href="http://mesaredonda.cubadebate.cu/mesa-redonda/2015/05/08/diversidad-sexual-y-derechos-laborales-sobre-la-mesa-fotos-y-video/" target="_blank">comparecieron en la Mesa redonda</a>, un programa de televisión creado para ofrecer la quintaesencia del discurso político dominante en Cuba. Ante semejantes cámaras, hay que zurcir discordancias. Cuando la argentina Diana Sacayán aludió a la sociedad civil como instancia decisiva para impulsar el ejercicio de derechos negados, la periodista Arleen Rodríguez Derivet remendó torpe: ¿y qué pasa si el Estado y la sociedad civil quieren lo mismo? <br />
<br />Socialismo sí. Pero homofobia y transfobia también. Si el Estado y la sociedad civil LGBTI estuvieran de acuerdo, ya tendríamos en Cuba leyes antidiscriminación, campañas contra el acoso escolar, fertilización asistida, matrimonio igualitario. Cuando el Estado y la sociedad tienen el mismo deseo, el Poder obra. Arleen, no obstante, me devolvió –sin proponérselo, claro- un concepto de la filósofa Judith Butler: el deseo del Estado. No somos el objeto de ese deseo, y resulta problemático que tengamos la aspiración de inspirarlo. Según Butler: <br />
<br /><b>Contar con la aprobación del estado es ingresar en los requisitos de la legitimación que allí se ofrecen y descubrir que la noción pública y reconocible que una tiene como persona depende fundamentalmente del léxico de esa legitimación. </b><br />
<br />Ajustemos la reflexión de Butler al caso cubano: los reclamos de legitimidad LGBTI no sólo deben armonizar con ciertas matrices culturales relativas a las uniones; también será condición indispensable para tolerar que el activismo se haga desde una posición política determinada. Y ya ni siquiera el socialismo importa, sino el acatamiento del escenario concebido por el Poder para la participación. <br />
<br />Entonces, socialismo sí. Aunque <a href="http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/soy/1-3719-2014-11-21.html" target="_blank">la activista oficial por excelencia diga a la propia Diana Sacayán</a> que “lo verdaderamente homofóbico” de los campos de trabajo forzado cubanos “era el proceso de reclutamiento al servicio”, o que en Cuba hay “una homofobia blanda” y “no existen los crímenes de odio”. <br />
<br />No constituimos una opción del deseo del Estado, y nos obsesiona esa lejanía. Por eso el activismo LGBTI no consigue convertirse en un interlocutor atendible en Cuba. Porque en nuestra aspiración de ese deseo nos afincamos en símbolos caros a un Poder paradójico que ha decidido repudiar y luego tolerar, pero no se decide a dialogar y respetar. <br />
<br />Socialismo sí, claro, pero libertario tiene que ser, para que podamos encarar la homofobia incluso en el refugio que a veces le ofrece el propio socialismo. <br /><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJByXGGPYmmZPZ9W02B0c42B6NHmid5b_skAgZ10xN1vLArQeEx0ic4_1H0SjP7utl7XeW24uRrylcw8Mow_mR3p4sGFp5KSvYDRGZf0wqtIv8pJ3JjXP9hsOY4-pBhKW4m_E-Y9_0rTA/s1600/marcha_santaclara2.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="218" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJByXGGPYmmZPZ9W02B0c42B6NHmid5b_skAgZ10xN1vLArQeEx0ic4_1H0SjP7utl7XeW24uRrylcw8Mow_mR3p4sGFp5KSvYDRGZf0wqtIv8pJ3JjXP9hsOY4-pBhKW4m_E-Y9_0rTA/s320/marcha_santaclara2.JPG" width="320" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnplFaAFXGAuztJaL1Ctp5y9IkDglHBxGFysivcgcCBuJrt5Sv0Qxfs1zDCuVUfnjjUq1ZQ_Gh6jSjIr1TbXZooAIFOB4GcDrwWwbmT41bI-dUG0t6hLytbamhMpYPXV3RCovENgDXpvk/s1600/marcha_santaclara3.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="205" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnplFaAFXGAuztJaL1Ctp5y9IkDglHBxGFysivcgcCBuJrt5Sv0Qxfs1zDCuVUfnjjUq1ZQ_Gh6jSjIr1TbXZooAIFOB4GcDrwWwbmT41bI-dUG0t6hLytbamhMpYPXV3RCovENgDXpvk/s320/marcha_santaclara3.JPG" width="320" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglihmGgWJ1wXZMf5f_JV_2i59Iy1JynSUymtfiz1K_4gXMGl2RrLLF0NZ6CaqWUb4HIaSp9wK_R50MSNceKNeSbGdVHHMhNiwAzFS0EZ8xoagLAhe4mYtEnaNnxi7lGkgr9maPzOdn-gc/s1600/marcha_santaclara4.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="235" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglihmGgWJ1wXZMf5f_JV_2i59Iy1JynSUymtfiz1K_4gXMGl2RrLLF0NZ6CaqWUb4HIaSp9wK_R50MSNceKNeSbGdVHHMhNiwAzFS0EZ8xoagLAhe4mYtEnaNnxi7lGkgr9maPzOdn-gc/s320/marcha_santaclara4.JPG" width="320" /></a></div>
<br />Maykelhttp://www.blogger.com/profile/15895893383192361711noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1623176189013684519.post-8701151497189673922014-10-12T19:11:00.001-07:002014-10-12T19:15:50.191-07:00Psicología de la calderilla <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9tLLZTkgfwQbU3tXuXWHzWJtbDbdKXnfR5ns-aKiH3wjnpKKLxuvOpnzLunWQ5PbkPPGKI3qjCyF7YUEhC6efqd5nABdcnf1_wWM7BcSHDYxHXxTS7rYZAy6-ukzFtt4iNlXc7009QQA/s1600/trd1.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9tLLZTkgfwQbU3tXuXWHzWJtbDbdKXnfR5ns-aKiH3wjnpKKLxuvOpnzLunWQ5PbkPPGKI3qjCyF7YUEhC6efqd5nABdcnf1_wWM7BcSHDYxHXxTS7rYZAy6-ukzFtt4iNlXc7009QQA/s1600/trd1.JPG" height="240" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
Ahora casi no ves los precios: la misma etiqueta, en el estante, contiene los importes en ambas monedas. La cifra en pesos convertibles se empequeñeció, para hacer sitio a la traducción, más prolija, de la moneda nacional. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
La calderilla te desborda la mano: un peso con treinta centavos ahora se revela en su verdadera dimensión de treinta y dos pesos con cincuenta centavos. Pagas lo mismo, pero el efecto psicológico es otro. </div>
<br />
A <a href="http://guaracabuya.blogspot.com/" target="_blank">Carlos Alejandro</a> no le gusta que salgamos juntos de compras. Él recuenta el monto para su fuero interno, calcula con eficiencia de contable miope, se satisface con el puñadito de productos que hunde el centro de la bolsa. Para mí todo es más arduo: nunca supe multiplicar bien. Mis panes y mis peces, desde el principio, solían dividirse en panes rituales y en peces de colores. El trigo de mis eras contiene menos granos que paja.<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIzTkAKRFhF9kLqnkc0GXwi43OeGf_y9EhG9V563EDWBFtCohovl0fCmbWaj4gjWVhT9AweRKfTEtCucfEpWj1buSBXD45r7FmXq7wG70JbRDy4VCqBtYwYkZ3msxvNDJoVxo9l083asg/s1600/trd2.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIzTkAKRFhF9kLqnkc0GXwi43OeGf_y9EhG9V563EDWBFtCohovl0fCmbWaj4gjWVhT9AweRKfTEtCucfEpWj1buSBXD45r7FmXq7wG70JbRDy4VCqBtYwYkZ3msxvNDJoVxo9l083asg/s1600/trd2.JPG" height="148" width="200" /></a>Cuando digo un-peso-con-treinta-centavos pienso, por pereza, en la monedita amarilla con la estrella o el rostro de Martí; si articulo treinta-y-dos-pesos-con-cincuenta-centavos se me presenta, inoportuna, la estampa de varios billetes y monedas que rebasan el monto de mi jornal. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Sólo compramos un paquete de detergente y una sopa instantánea. Pagamos lo mismo, pero algo ha cambiado. Más palabras –y agota desgranarlas-, cifras apretadas en los estantes.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Cuando regresé a casa me ejercité en el cálculo. Lidié mejor con la empresa, pues ahora la tienda calcula por mí, traduce el sentido real de la engañosa moneda y me devuelve, con una celada psicológica, al orbe de la calderilla cotidiana. </div>
<br />
Un periodista exitoso en la radio de provincia, uno que consiga la estimulación suprema por su trabajo de un mes, ganará veinte-pesos-y-trece-centavos por jornada. Un pantalón le arrebatará los honorarios completos. Antes creía, ante la impronta de las imágenes, que pagaba una veintena de pesos algo pesados. Nada ha cambiado, pero el desaliento se experimenta mayor. <br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgaRWa-eBPisl-csR_YHawnj6gb2nm8YiAKMMQs_N_vvIVjEOwo0bSu6cneqwtTw28DpP7_907_Q79vq_DxgedtoGS1V6UPm_iICKB-OdeGdqlzIXfJWoWgbUnBZvE0lLmkna20SmdeTSo/s1600/trd3.JPG" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgaRWa-eBPisl-csR_YHawnj6gb2nm8YiAKMMQs_N_vvIVjEOwo0bSu6cneqwtTw28DpP7_907_Q79vq_DxgedtoGS1V6UPm_iICKB-OdeGdqlzIXfJWoWgbUnBZvE0lLmkna20SmdeTSo/s1600/trd3.JPG" height="150" width="200" /></a>Todo se ha tornado más sincero en las TRD: ya compras el detergente con los billetes estrujados y te permites lavarlos con la ropa, sin peligro de que los hallen descoloridos en ningún establecimiento. Ya la sopa instantánea sabe a paja. Maykelhttp://www.blogger.com/profile/15895893383192361711noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1623176189013684519.post-12025036729739113852014-06-29T21:05:00.000-07:002014-06-30T21:02:11.673-07:00Sagua la Grande está en el mapa del activismo LGBTI<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTB4gco_UQmBdmdLoSWGCrvvhbJxQtRrgdry2KtQNqVm7U1V9rpmHyXBn0srrf60QyP7-iWaIsgaA4tHgQAiMjm_PJADduXlixbt0fStn1Se1QC_RGzfFzvDwvEKMrnKEsPt0FijNa8Fw/s1600/DSC00248.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTB4gco_UQmBdmdLoSWGCrvvhbJxQtRrgdry2KtQNqVm7U1V9rpmHyXBn0srrf60QyP7-iWaIsgaA4tHgQAiMjm_PJADduXlixbt0fStn1Se1QC_RGzfFzvDwvEKMrnKEsPt0FijNa8Fw/s1600/DSC00248.JPG" height="229" width="320" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Sagua la Grande figura desde este sábado en el mapa del activismo LGBTI. Mientras en La Habana desfilaban por el Prado, y <a href="http://proyectoarcoiris.cubava.cu/2014/06/besada-2014-galeria/" target="_blank">mis colegas de Proyecto Arcoíris convidaban a una besada en la Plaza Vieja</a>, algunos sagüeros se reunieron en el parque principal de la Villa del Undoso. Se me ocurrió convocarlos porque esta vez no pude viajar. A la frustración sucedieron varias certezas: La Habana no es el único escenario urgido de activistas, la gente LGBTI tampoco tiene las mismas necesidades y demandas en la ciudad dominada por el Morro que junto a la ceiba de Guaracabuya. Esta fue la primera celebración del Orgullo gay en Sagua la Grande. Alguien prestó la bandera que no teníamos, un amigo trajo algunos plegables antihomofóbicos para repartirlos entre los transeúntes, Carlos Alejandro devolvió a la calle un cartel que ya usó en una marcha. Queremos matrimonio igualitario -dice imperativamente-. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En provincia no sirven las convocatorias publicadas en internet. La mayoría vive al margen de las redes sociales. La gente LGBTI posee una cotidianidad ruda, ajena a las delicadezas de lo virtual. Me refiero a las calles polvorientas de Laredo, el barrio por excelencia de las trans, un sitio desconectado, remoto. Los carteles colocados en la fantástica avenida Caralibro no se ven allá. Decidí, entonces, no emborronar páginas virtuales e ir a las esquinas donde se reúnen los que nunca han oído de Stonewall ni saben que podemos organizarnos, a despecho de las instituciones, para acceder al espacio público. Me fui a la escalinata del antiguo City Bank, que les sirve de asiento por las noches. Toqué alguna puerta en el barrio de La Gloria. Envié recados. Escribí algunos mensajes. Me confieso: también evité la promoción en internet, que hubiera informado a la gran red de activistas online, porque no sabía si este inesperado Orgullo gay sería bien acogido por las autoridades y no quise ponerlas sobre aviso. En Sagua la Grande no contaríamos con la cobertura protectora de la prensa internacional. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
A las 4 p.m. del sábado, con la zozobra a cuestas, estábamos en el parque un par de amigos, mi novio y yo. Poco a poco, casi con fatiga, se reunieron cerca de quince personas: tres lesbianas, una trans, un par de bisexuales y una decena de homosexuales. Después de evocar a Stonewall e introducir la noción del activismo, hablamos espontáneamente. Me sorprendí: todos eran activistas potenciales. ¿Qué podemos hacer –preguntó alguien- para tener un espacio recreativo sin homofobia en la ciudad? La pregunta propició la evocación de un centro extinto, el Paradiso –un homenaje a la novela de Lezama- que fundaron y usaron las personas LGBTI sagüeras hasta que el gobierno lo destinó a una tienda. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Una periodista me preguntaba hace poco por el funcionamiento de las denominadas “fiestas gays” en provincia. Estos escenarios recreativos, que inconscientemente funcionan como espacios de resistencia, no existen en la mayoría de las ciudades del país. Que proliferen en La Habana, parezcan síntoma de los rumbos económicos de la época y tengan críticos entre los propios activistas, no implica que las periferias de la Isla demanden la constitución de sitios semejantes, acaso con una vocación más inclusiva. Hay un buen ejemplo en Santa Clara –El Mejunje- y Sagua aspira a recuperar su Paradiso perdido. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En la reunión supe que <a href="http://genealogiadelnictalope.blogspot.com/2013/09/sheila-y-yo-ante-el-codigo-de-trabajo.html" target="_blank">Sheila, a quien entrevisté una vez cuando se debatía el anteproyecto del Código de Trabajo</a>, resultó despedida de la bodega por motivos relacionados con su identidad de género. Ella desistió de defenderse. El artículo que debió protegerla no lo hizo, luego de los manejos antidemocráticos de la Asamblea Nacional. A la sociedad civil correspondió llamar la atención sobre el atropello y solicitar una respuesta del parlamento. <a href="http://proyectoarcoiris.wordpress.com/2014/06/26/carta-cerrada-al-presidente-del-parlamento/" target="_blank">Paquito el de Cuba, en nombre de Proyecto Arcoiris, concibió la carta.</a> </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Algunos “errores” deliberados tenía el anteproyecto, como para simular una voluntad gubernamental de inclusión. La misma cláusula que una Comisión de Estilo depuró de la obligación de proteger a Sheila, consignaba en el anteproyecto la prohibición de discriminar por opiniones políticas. ¿Qué sección sindical halló atrevida la mención y propuso suprimirla? La opinión política, como la identidad de género, es una categoría subversiva que figuró para aparentar flexibilidad y acabó suprimida antes de convertirse en ley. Los cubanos –sugiere algún legislador astuto y anónimo- no queremos libertades. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<a href="http://blogmarielacastro.com/la-discriminacion-por-identidad-de-genero-queda-pendiente-en-nuestra-legislacion/" target="_blank">Mariela Castro calificó de “tensión creativa” a la omisión de la identidad de género.</a> El concepto, de raigambre psicológica, no consigue describir el carácter abusivo de un procedimiento que violentó la democracia y deterioró la credibilidad de una ley. Es un amable eufemismo. ¿Cómo juzgará Sheila la supresión que la desampara? </div>
<br />
<h3>
Entre el eros y el activismo de playa (II y final)</h3>
<br />
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
En la reciente conferencia de Ilgalac hubo un panel de participación política. Una transexual latinoamericana habló sobre el Día Internacional contra la Homofobia: “como la transexualidad continúa entre las enfermedades mentales, nosotras no tenemos nada que celebrar”. Ella debió añadir que la conmemoración de Stonewall, denominada Día Internacional del Orgullo LGBT, se presenta con matices más revolucionarios. </div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
En Cuba –y esto no lo sabía la delegada- el activismo oficialista ha desalentado la celebración. Invocan el carácter “capitalista y mercantil” que posee en buena parte del mundo. Parece, por el contrario, que la tradición contracultural y contestaria que simboliza Stonewall agrada menos. El modelo de activismo dócil y leal al poder desestima la fecha problemática; el otro activismo la celebró precariamente, afincado en la tradición de la gente que resistió al poder y comenzó una revolución. </div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHg38z4GDNTNjC3HD-vuV2v2tO1ttn9Shvn5LOFqRwu7uy6zP0NznRYiD0lVsfi7Z0M1BpHBSbfmrkiJYzhETd5Mv1ZVl7jW3hKU2ZZ_4MLH9AhapIyYQd1fZhkX9RhBTD6n0V4z1o6zg/s1600/DSC00272.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHg38z4GDNTNjC3HD-vuV2v2tO1ttn9Shvn5LOFqRwu7uy6zP0NznRYiD0lVsfi7Z0M1BpHBSbfmrkiJYzhETd5Mv1ZVl7jW3hKU2ZZ_4MLH9AhapIyYQd1fZhkX9RhBTD6n0V4z1o6zg/s1600/DSC00272.JPG" height="231" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjB299bxxF5SgkFi9I23t5htnwbjk6ca-VAyEok-9yv3zXusyrZfGagVtGKLjLU2tp8gbkbej3SVG6lG9Ld66jdryd1SPxpoDaKAKd-4CHH7KJ8tE-nQdaUoMm9eTVAw7ctfoSq3EWfPO4/s1600/DSC00279.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjB299bxxF5SgkFi9I23t5htnwbjk6ca-VAyEok-9yv3zXusyrZfGagVtGKLjLU2tp8gbkbej3SVG6lG9Ld66jdryd1SPxpoDaKAKd-4CHH7KJ8tE-nQdaUoMm9eTVAw7ctfoSq3EWfPO4/s1600/DSC00279.JPG" height="320" width="298" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsllE0BOwmNavGALQqGIlA-LtKmZPhmo1OH-1wcXWMgicR2aVu-vYwx48dWXjlOOIKK0XIrD-i5sAwbLLPYW-fPQm94abw_AX6u4EH92hrTNvASTT4T45wNaF54IKEfUCB6iVRMzv3sbk/s1600/DSC00282.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsllE0BOwmNavGALQqGIlA-LtKmZPhmo1OH-1wcXWMgicR2aVu-vYwx48dWXjlOOIKK0XIrD-i5sAwbLLPYW-fPQm94abw_AX6u4EH92hrTNvASTT4T45wNaF54IKEfUCB6iVRMzv3sbk/s1600/DSC00282.JPG" height="224" width="320" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh41l2cHoyU6z-92WhnP60zXFm2jaCF_EfvdZecZ-uZHhjFeIYCNzwiHCDIcnK0SVA354yFLgT2cMT8C5Zpy4YiJ234RIOyAopD28b-KTbWPyTJTy51NEQucno58DnWLLRFms6EVheyAxI/s1600/DSC00283.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh41l2cHoyU6z-92WhnP60zXFm2jaCF_EfvdZecZ-uZHhjFeIYCNzwiHCDIcnK0SVA354yFLgT2cMT8C5Zpy4YiJ234RIOyAopD28b-KTbWPyTJTy51NEQucno58DnWLLRFms6EVheyAxI/s1600/DSC00283.JPG" height="220" width="320" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXAQZ1HCM-sln3FwWcBBccWR6sWN1_uyatxp4s8EzuqJ-vxiTNe4SfcPSMCxZLmz0Q9VyDnEa7ncXEFgtmqdwe0d_qqEQQoTkOOtY6AbLcF77JKrZTYz60hk6ZOe2xVrLVziSmCWwb6Ic/s1600/DSC00285.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXAQZ1HCM-sln3FwWcBBccWR6sWN1_uyatxp4s8EzuqJ-vxiTNe4SfcPSMCxZLmz0Q9VyDnEa7ncXEFgtmqdwe0d_qqEQQoTkOOtY6AbLcF77JKrZTYz60hk6ZOe2xVrLVziSmCWwb6Ic/s1600/DSC00285.JPG" height="240" width="320" /></a></div>
<br />Maykelhttp://www.blogger.com/profile/15895893383192361711noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-1623176189013684519.post-5320941332760053882014-06-02T20:36:00.000-07:002014-06-02T20:37:27.033-07:00Besos desaprobados: destruyen y retiran cartel teatral en La Habana<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjpiQ7X4CpXhyphenhyphenp8FN_KAJZ7l9HoWCi0PiWtWOxiFqN6xVuWI0IXa_a8Cvvt8r4q73wDPz0_Dpeofe2aQjn6tSmQ7EpEjSvSzu3g5qeoOTv5JcC1ZO8sTplQa-23BFubgjEpRAfxsAAbZSg/s1600/rascacielos_cartel.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjpiQ7X4CpXhyphenhyphenp8FN_KAJZ7l9HoWCi0PiWtWOxiFqN6xVuWI0IXa_a8Cvvt8r4q73wDPz0_Dpeofe2aQjn6tSmQ7EpEjSvSzu3g5qeoOTv5JcC1ZO8sTplQa-23BFubgjEpRAfxsAAbZSg/s1600/rascacielos_cartel.jpg" height="99" width="320" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
No sé si Rascacielos, la obra de Jazz Vilá y Marcos Díaz, seguirá presentándose en la Sala Adolfo Llauradó. Se anunció que permanecería en cartelera hasta mayo. El plazo terminó. No duró tanto el cartel que promocionaba la pieza en Línea y G. Cuatro parejas se besaban a la vista de los transeúntes habaneros, y sólo una mereció la aprobación del público. A los pedestres les pareció que tales escenas no deberían trascender las cuatro paredes invocadas en el rótulo; no comprendieron que la intimidad de marras era una provocación, una invitación a mirar. Todos los caminos de La Habana, como se ve, no conducen al teatro. Entonces, para no ver, rayaron, despegaron e hirieron…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hace poco una colega me comentó que no entendía el empeño de algunos activistas. Si ya no hay tanta homofobia –dijo-. La semana me pasada, mientras yo hablaba de las implicaciones políticas del movimiento LGBTI, otra periodista me replicó: “estás obsesionado con eso”. Por suerte conservé estas fotos, para mostrarlas a mis interlocutoras. El cartel de Rascacielos ya fue retirado, y no me aventuro a conjeturar por qué dejaron vacía la valla. ¿Para oponer un valladar a la homofobia o para evadir a tiempo el escándalo de exhibir apenas un beso incólume?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ante los rostros zaheridos recordé la vieja receta mágica que describe James Frazer: atacar la imagen del enemigo equivale a lastimarlo en su piel. La gente primitiva mantiene esa lógica.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Nunca vi Rascacielos. Leí las reseñas. Hubiera querido ir al teatro, para confirmar que los rostros estaban intactos en alguna parte. Las cuatro paredes que los protegen, no obstante, caerán. Cada vez me persuado de que debemos exhibirlos, exponerlos, arriesgarlos en las calles de La Habana.</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUnSx7kMAqcLzoJjjwZsM9K8gcgumj6xc4KJhk0e0upuxK5j8DZyWt-VT4mbpF40kRxJ0xdvEaSbpcGRu0HiP9I3sLbSTFFo6o73ckleDCJtsqAc10cU9ZRxVT32Oy1FiZS4GyUPrxE98/s1600/rascacielos3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUnSx7kMAqcLzoJjjwZsM9K8gcgumj6xc4KJhk0e0upuxK5j8DZyWt-VT4mbpF40kRxJ0xdvEaSbpcGRu0HiP9I3sLbSTFFo6o73ckleDCJtsqAc10cU9ZRxVT32Oy1FiZS4GyUPrxE98/s1600/rascacielos3.jpg" height="180" width="320" /></a></div>
<div>
<br /></div>
Maykelhttp://www.blogger.com/profile/15895893383192361711noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-1623176189013684519.post-31263707079683870752014-05-13T16:32:00.000-07:002014-05-14T20:07:03.334-07:00Entre el eros y el activismo de playa: una crónica de Varadero (I) <div style="text-align: justify;">
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj69bqOXYQQpdc14yigHN2R7x0Z7jXKuqfBeJk6bET-OK4wtwHbaCs2NF277xyFq08NjBs8TTYRNeowHOkpXQGykF0dI8VaE6HB5c_rlAPkoN9bOYViDzCksQsB8aqFQgR4vFv5VN8y9QM/s1600/banderas.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj69bqOXYQQpdc14yigHN2R7x0Z7jXKuqfBeJk6bET-OK4wtwHbaCs2NF277xyFq08NjBs8TTYRNeowHOkpXQGykF0dI8VaE6HB5c_rlAPkoN9bOYViDzCksQsB8aqFQgR4vFv5VN8y9QM/s1600/banderas.JPG" height="180" width="320" /></a></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
Pulgar arriba en la carretera para llegar a la conferencia. Pulgar otra
vez alzado para regresar a casa. Dedos caídos, brazos colgando de la
muesca del activismo. Estuve, no obstante, en el Varadero turístico, el
corazón de la postal donde se celebró la VI Conferencia Regional de
ILGALAC (Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e
Intersex para América Latina y el Caribe). </div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Un amigo brasileño creyó
hallarse en Río de Janeiro, una mexicana no distinguía a Cuba de
Acapulco. Dos nicaragüenses que apenas vieron La Habana preguntaron por
mi país. La Patria de la Moneda Nacional –insistieron-. Allá -señalé al sur-. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Creo –porque es absurdo- que una reunión de
activistas debió celebrarse en uno de los escenarios habituales del
activismo. En una ciudad provinciana y valerosa, por ejemplo. En el
Camagüey abigarrado o la Santa Clara de El Mejunje, el hogar de las
minorías. También La Habana, por inabarcable y distópica, hubiera
resultado un escenario convincente. El Palacio de las Convenciones, sede
de los grandes foros del país, pudo ofrecer un espaldarazo de
legitimidad a la conferencia que Varadero acogió discretamente tras la
tapia de los hoteles. Activismo de playa. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Si algunos cubanos
tuvimos difícil el acceso y debimos apelar a la botella en las
carreteras y a la merienda precaria, otros latinoamericanos asumieron la
empresa con coraje semejante al nuestro. Pulgar arriba siempre, en los
caminos y en las butacas, salvo para consentir acríticamente. </div>
<div style="text-align: justify;">
<h3>
<b> </b></h3>
<h3>
<b>Hache muda</b> </h3>
</div>
<div style="text-align: justify;">
Quise
hacerme ubicuo al principio, cuando sesionaron las preconferencias. Me
interesaban igualmente el encuentro de hombres gays y bisexuales que las
reuniones de lesbianas y trans. Acaso para confundirme con todas las
diversidades, fui a la cita de jóvenes.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
La convocatoria juvenil
anunciaba tres talleres, pero el último acabó incluido bíblicamente en
el primero. El asunto me pareció trascendental: la participación
política de la juventud latinoamericana en el movimiento LGBTI.
Conducido por jóvenes cubanos y con la presencia de activistas de
Nicaragua, Argentina, Jamaica y Venezuela, el debate se circunscribió a
las motivaciones individuales. Vaciada de carácter político, la
participación ciudadana apareció restringida a una concepción
psicologista del empoderamiento. Esta posición contrastó con la del
grupo de trabajo que exploró semejantes empresas participativas al día
siguiente, con la moderación de Gloria Careaga y la participación de
activistas de México, Argentina y Brasil. Se enfrentaron así, siquiera
en la distancia, dos modelos de movilización. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
La cita de jóvenes
exhibió, otra vez, la tradicional prudencia cubana ante la constitución
de asociaciones LGBTI y espacios para la resistencia –les llaman guetos,
peyorativamente, como si estas zonas no implicaran una parada natural y
conveniente en el itinerario-. La propuesta de incluir la hache de
heterosexual en las siglas que identifican al movimiento –LGBTHI,
quedaría- fue recibida con frialdad. Los aliados son bienvenidos
–comenté a mi turno-, pero no debemos perder de vista que la
heterosexualidad no alude sólo a una orientación del deseo, también
implica una ideología. Y cité a las madrileñas que resignificaron el
discurso imperialista del otro desconocido y peligroso para declarar,
con convicción política, que “el eje del mal es heterosexual”. Situar la
hache a ultranza, en lugar de propiciar diálogos efectivos con
instancias dominantes, despolitizaría la lucha por la ciudadanía LGBTI
–concluí-. Parece que la iniciativa de Cenesex no prosperó. Excepto en
el discurso de algunos compatriotas míos, la hache continuó muda. </div>
<div style="text-align: justify;">
<h3>
</h3>
<h3>
El eros del sufragio </h3>
</div>
<div style="text-align: justify;">
Hallé
en la conferencia de ILGALAC a muchos activistas interesados en conocer
las lógicas asociativas, movilizativas y comunicativas del escenario
político cubano. Más bien me hallaron ellos, y traté de dilucidarles, en
pago por el interés, algunas de las singularidades de la Isla. Eran
militantes con una idea libertaria del socialismo. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Otros se portaron
menos solidarios, a pesar de los cometidos cívicos que asumen en sus
países. Existe una hagiografía de las izquierdas latinoamericanas donde
la Cuba autoritaria figura con honores de culto. Por el bien de la Causa
se rinden ante el kitsch de la Gran Marcha que explicaba Milan Kundera.
De esta gente, incluso de los más “incorrectos”, capaces de asumir la
desobediencia civil, recibí un rictus desconfiado. Recordé entonces a
Reinaldo Arenas, enfrentado alguna vez en el exilio a las izquierdas que
exigen a los cubanos el abono de un sacrificio que ellas no están
dispuestas a ofrecer. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Proyecto Arcoiris –el pequeño grupo de
insulares anticapitalistas e independientes-, obtuvo a última hora la
membresía de ILGALAC y el derecho de votar en el plenario. Ningún
extranjero imaginó la significación de aquellos votos: establecer
alianzas, configurar listas electorales y finalmente ejercer un sufragio
efectivo, son experiencias inusitadas en Cuba. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Experimenté el eros del sufragio, el placer sexual del voto que experimentaron una vez las añejas agitadoras. </div>
<div style="text-align: justify;">
<h3>
<b> </b></h3>
<h3>
<b>Matasellos</b> </h3>
La
Carta de Cuba, el gran pronunciamiento de la conferencia, iba marcada
por un matasellos rotundo: “la comunidad LGBTI latinoamericana perderá
credibilidad si no se posiciona por la libertad de los Cinco, el pueblo
de Cuba no nos perdonará”. En Varadero, como en el Pabellón Cuba de La
Habana, pareció que la reunión de activistas iba desde el principio en
pos de este corolario. Mariela Castro cerró la carta y la acuñó, después
de relatar al auditorio extranjero las peripecias de los reclusos. La
situación de rehén de de un contratista norteamericano también quedó
expuesta en el relato, donde no faltaron consideraciones sobre “los
descarados [sic] opositores cubanos”. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Algunos de los que queremos la
libertad de los Cinco, creemos además que posicionarnos contra el
genocidio del bloqueo no es una actitud enfrentada con la noción de
respeto a las otredades ideológicas. Los activistas LGBTI de la Isla, entonces,
deberíamos evitarnos la incoherencia de defender derechos sexuales enanejados de nociones políticas. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Las alusiones de
la Carta de Cuba a las personas LGBTI vulneradas por la homofobia de
Estado y los conflictos armados de este hemisferio, debieron completarse
con un pronunciamiento acerca de la compensación que merecen las víctimas
cubanas de los campos de trabajos forzados. Olvidemos ya a las UMAP
-declaran tácitamente algunas instituciones y activistas-. Esa
aspiración al olvido emergió un par de veces durante la cita de
Varadero; los desmemoriados argumentan que el episodio está trascendido,
como si los sobrevivientes exiliados no merecieran recuperar su
ciudadanía extraviada y recibir una compensación siquiera moral, junto a
los que prefirieron quedarse. </div>
<div style="text-align: justify;">
<h3>
</h3>
<h3>
En la costa</h3>
</div>
<div style="text-align: justify;">
Mi sombrero voló a
menudo, como si el torbellino del activismo quisiera lanzarlo lejos de
la complacencia. Ante la costa horadada, me atravesaron las saetas del
mar. El <i>mainstream</i>, la corriente del Golfo. Ahora, de vuelta al río,
evoco el rumor del enjambre y la soledad del único pelícano de mi
playa. </div>
Maykelhttp://www.blogger.com/profile/15895893383192361711noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-1623176189013684519.post-56508589450778857212014-04-06T17:02:00.002-07:002014-04-06T17:15:31.192-07:00Niñas <br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRK8I2yVwrmkdK-pojNIT8cQRWYpJ1wO6DqDOTEQxVCgamZzyXdpRLSBRnK6GgdxLV9NYdnXRrmnSdft7zibPkZ4DPDQXbTaSE_mP6Bz_a9673W_l0lyTDKhPtUpH76XJpGCxPbPdIOhI/s1600/nina1.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRK8I2yVwrmkdK-pojNIT8cQRWYpJ1wO6DqDOTEQxVCgamZzyXdpRLSBRnK6GgdxLV9NYdnXRrmnSdft7zibPkZ4DPDQXbTaSE_mP6Bz_a9673W_l0lyTDKhPtUpH76XJpGCxPbPdIOhI/s1600/nina1.JPG" height="240" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Comprábamos un vino artesanal. La niña a cargo de la venta opinaba con convicción de experta. En la familia Alba, famosa por su afición vinatera, hasta la prole fabrica sus propias bebidas. Carlos Alejandro y yo vacilábamos: él prefería el vino de piña; yo indagué por las cualidades del tinto. El vino tinto es seco –nos instruyó-. Sirve para acompañar la comida, pero no para beber con mujeres. ¿Y el rosado? –pregunté-. Lo mismo –recapituló la pequeña Alba-, no podrás tomarlo con mujeres. Compré el tinto. Carlos Alejandro optó por la piña. </div>
<h4 style="text-align: justify;">
<b>…</b></h4>
<div style="text-align: justify;">
Mis sobrinos jugaban con Brian en un parque; Carlos Alejandro y yo los supervisábamos. La brujería no se toca –regañó mi novio-. Todos los árboles tenían una ofrende al pie. Maniatados por la orden, los niños comenzaron a provocarse inventando motes. Mis hermanos y yo también nos divertíamos así. Estos chiquillos son mucho más originales: en lugar de dedicar los nombretes al prójimo, prefieren atribuírselos a sí mismos. <br />
<br />
-Yo me llamo Paco. <br />
-Y yo, Peco. <br />
-Yo soy Pico. <br />
-Mi nombre es Caca. <br />
-Yo me llamo Coco. <br />
<br />
De repente, en busca de un insulto mayor, Brian tuvo una ocurrencia perturbadora: <br />
<br />
-¡Yo soy una niña! <br />
<br />
Nada de lo anterior suscitó la intervención de los adultos, pero esta declaración resultó excesiva. Mis sobrinos corrieron hacia mí: <br />
<br />
-¡Brian dijo que es una niña! </div>
<h4 style="text-align: justify;">
<b>…</b></h4>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
En el comedor de la universidad había una niña, hija o nieta de alguna
cocinera. Al mediodía, cuando los estudiantes se precipitaban a la
barra, la pequeña ayudaba a servir las bandejas. En la fila gesticulaba
O., un homosexual militante. La niña observaba al muchacho, analizaba
sus modales, se contrariaba. Cuando llegó el turno de O., le dedicó un
rictus de molestia. A continuación, sin reflexionar, la pequeña lanzó un
insulto que la implicaba: <br />
<br />
-Puah, pareces una niña… </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<h4 style="text-align: justify;">
<b>____________</b></h4>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
Foto: 1 de mayo de 2013, Sagua la Grande. </div>
<br />Maykelhttp://www.blogger.com/profile/15895893383192361711noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-1623176189013684519.post-19968012876401383622014-04-01T16:29:00.002-07:002014-04-01T16:43:07.951-07:00El crimen de Adrián Abelarde <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_6A5RHW0WJWblUNaC8gxS521fpdlQUZe-I4BCSmaasimODAv2pXopJLmAS3ztxyhc6J2X0TAb82L7NuQkNf9_llHUYLcbmHTt8NnFl2JBsfURsGtJUZbvPvI2ZHJsSl0g-zTP4j0BzC4/s1600/calle-Bernaza-en-1959.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_6A5RHW0WJWblUNaC8gxS521fpdlQUZe-I4BCSmaasimODAv2pXopJLmAS3ztxyhc6J2X0TAb82L7NuQkNf9_llHUYLcbmHTt8NnFl2JBsfURsGtJUZbvPvI2ZHJsSl0g-zTP4j0BzC4/s1600/calle-Bernaza-en-1959.jpg" height="316" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Adrián Abelarde mató y huyó. Sus víctimas dormían. La Habana, vieja y criminosa, se revolvió, calzó pantuflas, coció una tisana para calmarse. Desde la radio informó alguien con la voz de Mickey Dugan, el niño cruel: Abelarde, killer… <br />
<br />
En verdad, <a href="http://www.granma.cu/cuba/2014-03-30/nota-informativa-del-ministerio-del-interior-de-cuba" target="_blank">la nota</a> sólo se tornó sensacionalista al final, cuando apeló al lugar común de una justicia casi divina. La comunicación del crimen, firmada por la policía, optó por el laconismo y la asepsia; dijo tan poco que me obliga a ponerle carne a esos nombres, a reconstruir el crimen a partir de las entrelíneas. Omitir implica siempre un juicio de valor. Recuperaré por mi cuenta lo que alcance a ver, entonces. Imagino la escena en amarillo. Alumbro un poco el sitio. <br />
<br />
Francisco José García Peña, próximo a los cincuenta años. Florencia María Machado Fernández, de la tercera edad. Víctor Manuel García Acosta, un niño. Las víctimas de Adrián Abelarde constituían una familia inusual. ¿Los adultos eran cónyuges? Quizás, aunque los estándares socioculturales cubanos desaprueban que una mujer aventaje a su marido en quince años. Víctor Manuel, García, ¿el hijo de Francisco? La verdad de esa peculiar familia no es relevante; ciñámonos a la nota elusiva. <br />
<br />
La primera señal perturbadora fue la quietud: nada roto, nada perdido. El asesino no robó; hizo su faena y partió, como perseguido y lacerado por sí mismo. El objeto contundente que usó para matar no aparece descrito. La nota sugiere que Adrián estaba en la casa. ¿Qué hacía allí? El ciudadano –explica la policía- no trabajaba ni tenía antecedentes penales. Mantenía –dice luego- “relaciones estrechas con Francisco José García Peña”. ¿Eran parientes? ¿Amigos? Más abajo, el discurso policial ofrece una pista: el asesino confesó haber cometido un crimen pasional.<br />
<br />
Esto del crimen pasional es un viejo recurso del ordenamiento jurídico masculino para justificar la muerte de las mujeres a manos de los maridos. Francesca de Rímini lo atestigua. Los archivos judiciales del siglo XIX, y no dudo que los del siglo XX, abundan en ejemplos: dar muerte acuciado por los celos es punible y a la vez disculpable. Una amiga y colega murió a manos de su esposo hace unos años. A once años de reclusión ascendió la condena para el asesino. Algunos indagaron por las razones para una condena tan breve; un conocedor explicó: “no es lo mismo matar a tu mujer que a una extraña”. Los redactores de la nota no debieron permitirse tal desliz: el “móvil pasional” es una frivolidad, un argumento irresponsable. <br />
<br />
Esta mañana muchos creían que Florencia María, a sus sesenta y cuatro años, había suscitado el crimen de Adrián Abelarde. Se les escapó el eufemismo –pálidamente amarillo, sí- que iluminaba el cariz del asunto: “mantenía relaciones estrechas con Francisco José García Peña”. Francisco y Adrián eran novios, maridos, amantes. Algo de eso. Florencia lo sabía. El asesino dormía en casa. Víctor, acaso, tenía un padre y “un tío”. La nota confía en que imaginaremos todo y que las familias homoparentales seguirán invisibles, contundidas e inertes, para que no haya compromiso de denunciar estas violencias en su dimensión más precisa, ni siquiera cuando las pautas de masculinidad sigan extendiendo su garra simbólica.<br />
<br />
Mickey Dugan sabe poco de los sucesos de la calle Bernaza, pero sospecha que el crimen de Adrián Abelarde tuvo implicaciones de género. <a href="http://www.violenciaintragenero.com/" target="_blank">Empuñamos contra nosotros mismos la violencia que nos inflige la dominación masculina cuando somos incapaces de desmontarla</a>. Las campañas de bien público, hasta ahora, sólo relacionan violencia de género con maltrato a la mujer y obvian la influencia de la cosmovisión masculina en las agresiones intragénero. <br />
<br />
Quedan en vilo más preguntas. El asesino residía oficialmente en Camagüey pero vivía en La Habana. ¿Esta anomalía no lo habrá expuesto, a su turno, a ciertas violencias? ¿La orientación sexual condicionó su migración? <br />
<br />
El discurso policial sugiere, elude, organiza las cláusulas: si “las relaciones estrechas” fueran mencionadas tras la anticuada alusión al crimen pasional, no sólo los sagaces sabrían que Adrián y Francisco eran una pareja. Después de rodear delicadamente las circunstancias del caso, la nota concluye con un mazazo: a Abelarde, killer, la justicia lo aplastará. La violencia de género que también afecta a los hombres, y sobre todo a las parejas del mismo sexo, no existe ni es relevante. Razonar sobre la recurrencia de estos sucesos, asumir una estrategia comunicativa razonable, importa tanto como castigar. Proponer el estereotipo del asesino insano o desalmado oscurece más el episodio. <br />
<br />
Tanto como el crimen de la calle Bernaza me perturban los reclamos de muerte para Abelarde. Cuba, aparentemente tan apacible, confunde justicia con lapidación. Pedir a gritos la muerte -¡paredón!- es un antiguo vicio nuestro. Cuesta renunciar a la carne ajena, ya se sabe. </div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
___________</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Foto: Calle Bernaza en 1959. </div>
Maykelhttp://www.blogger.com/profile/15895893383192361711noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-1623176189013684519.post-8849765018923896362014-03-20T19:28:00.001-07:002014-03-20T19:39:33.360-07:00Orbiutes<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrv1bUffOBQ9n3rgukd0ioXXGHaJNF7sPdUYV0xwvtMt0AK6IpBq0zAAQh3_5VTmsG3kn638DvL3B6h2Ctej9CTL0dc7lpBQ_0CpzzJvcqqH9BrhBLF7CAoGmSG1WIXBvRDDo-0df2MQ4/s1600/escanear0005.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrv1bUffOBQ9n3rgukd0ioXXGHaJNF7sPdUYV0xwvtMt0AK6IpBq0zAAQh3_5VTmsG3kn638DvL3B6h2Ctej9CTL0dc7lpBQ_0CpzzJvcqqH9BrhBLF7CAoGmSG1WIXBvRDDo-0df2MQ4/s1600/escanear0005.jpg" height="190" width="320" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Mi hermana me comenta su última lectura: la autobiografía inédita de un viejo médico camagüeyano. El memorialista era octogenario cuando redactó sus recuerdos. La llegada de la electricidad al pueblo de Cascorro, por ejemplo, figuraba en el repaso. Un gallego instaló el dinamo, movió una palanca, se estremeció algo y hubo luz. Creí estar allí –concluyó mi hermana. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Yo también disfruto la lectura de memorias. Estimo la sobrevida del tiempo tanto como Proust. La recherche me obsede desde que era niño, cuando pedía a mi abuela que me contara algo de “los tiempos de antes”. El antes, en su carácter de incógnita certidumbre, me fascina, me incita más que el ahora. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Los viejos de la familia, afincados en su actualidad, no acostumbraban a obsequiarnos con noticias del pasado. A menudo conjeturo que habían olvidado, y recuerdo un pasaje de Cintio Vitier que se refiere a la misteriosa capacidad de olvidar. Yo, acaso a mi pesar, no consigo borrar nada. La memoria me lastra, me afinca en esta ciudad preterida, en su perturbador cementerio de imágenes. He aquí un ejemplo que sorprende a mi hermana: recuerdo inexplicablemente qué ropa llevaba ella hace casi veinticinco años, cuando nos despertaron en la madrugada para llevarnos al funeral del abuelo. No sé cómo hicimos el viaje ni cómo iba vestido yo mismo. Era invierno, no nos dejaron acercarnos al ataúd y mi hermana, muy pequeña, llevaba una saya plisada. Abundaba el rojo luctuoso, probablemente una cortina o un crespón de terciopelo, semejante al marrón de la chaqueta. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Mi hermana razonaba, con alarma, que no sabemos nada de nuestros antepasados. Retrocedemos un par de generaciones y se pierde el rastro. A diferencia del viejo doctor, nadie dejó memorias. Hay una explicación: descendemos de gente forzosamente ágrafa. Una vieja partida consigna que nuestros tatarabuelos no refrendaron con su firma el nacimiento de un hijo porque no sabían escribir. Clasifican entre la denominada “gente sin historia” que ha preocupado a los historiadores contemporáneos. Que figuren ahí, entre los anónimos, no implica que hayan vivido al margen de las vicisitudes de sus épocas. Cuando la famosa huelga del 9 de abril de 1958, mi abuela escondió a su prole bajo la cama. Ante los disturbios de la revolución antimachadista, en 1933, mi bisabuelo prohibió a sus vástagos que salieran de casa. En 1896, tras el bando de Weyler, los parientes acataron la orden letal de irse al pueblo. El sitio de nuestros antepasados –expliqué a mi hermana- fue un agujero, un escondite, un reducto intrahistórico. Los pocos que se expusieron al devenir carecían de experiencia para lidiar con la Historia y no supieron qué hacer. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
De los olvidos familiares y de los relatos sesgados, de la parcialidad de numerosos historiógrafos, hemos alcanzado una tardía y peculiar compensación: mi hermana pasó la adolescencia coleccionando volúmenes acerca de la Segunda Guerra Mundial; yo asumí que tuve legítimos ancestros en los memoriosos Madame de Sevigné, Hans Christian Andersen, George Sand, Lola María de Ximeno y Renée Méndez-Capote. A Sand debo la recuperación de un recuerdo, una palabra: orbiute. Creí que no existía un término para aludir a las manchas que el sol deja en la vista después de haber mirado el resplandor durante un rato. Yo las veía hace muchos veranos. Me calaban, las innombradas. Existe en el Berry: orbiute. Y no es indeleble, como el recuerdo. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>____________________________</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La foto procede del archivo familiar. Es la moda de la década de 1920. No reconocemos a nadie. </div>
Maykelhttp://www.blogger.com/profile/15895893383192361711noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1623176189013684519.post-52740090228419557142014-03-15T17:49:00.002-07:002014-03-15T18:43:00.156-07:00Mi respuesta a Manuel Vázquez Seijido, asesor jurídico de CENESEX <br />
<div style="text-align: justify;">
A pesar de que <a href="http://genealogiadelnictalope.blogspot.com/2014/02/ausente.html" target="_blank">mi último post</a> sólo repetía <a href="http://genealogiadelnictalope.blogspot.com/2010/01/y-que-piensas-tu-harvey-milk.html" target="_blank">viejos criterios míos</a> con respecto a la gestión de CENESEX, <a href="http://www.cenesex.org/2014/03/conferencia-de-ilgalac-en-cuba/" target="_blank">la institución recién decidió replicarme</a>. Enhorabuena. Me gusta discutir. Hagámoslo. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Manuel Vázquez Seijido, en su análisis ideológico -y también semántico-, me pregunta qué es una ONG de legítimo carácter LGBT y por qué responsabilicé en parte al CENESEX de la ausencia de organizaciones de esa índole en Cuba. Es fácil: la genuina naturaleza LGBT de un proyecto o institución depende, estrictamente, de la gestión autónoma, libre y militante de sus miembros. No es el caso de CENESEX, constituida por decreto y con el auspicio del Ministerio de Salud Pública. La cualidad oficial ni siquiera bastaría para descalificar a un centro de reconocida utilidad. Nadie discute su pertinencia. CENESEX sí se torna ilegítima en su pretensión de conducir -¿”acompañar”?- las luchas por los derechos sexuales, con la voluntad de ejercer el único mando. <a href="http://genealogiadelnictalope.blogspot.com/2011/12/mariela-castro-bajo-sospecha.html" target="_blank">Desconfío del liderazgo excluyente de Mariela Castro</a>. Creo en su buena voluntad, sólo no me resigno a que pontifique en nombre de un colectivo heterogéneo por definición. Han pasado varios años desde que declaré mi posición. Nunca aceptaré que la existencia de CENESEX impida el reconocimiento jurídico de otras asociaciones LGBT. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Vázquez Sejido debió resultar más diáfano aquí: </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><i>¿Usted conoce la legislación vigente en nuestro país para conformar organizaciones no gubernamentales? Habría que preguntarse en qué punto entran en colisión los intentos de formar estas organizaciones con la precitada legislación.</i></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
¿Habría que preguntarse dónde colisionamos? ¿El abogado no conoce la respuesta? Algunas leyes están muy bien escritas, pero no se cumplen. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cuando CENESEX, en la voz de Mariela Castro, declara que los LGBT de Cuba no necesitamos insertarnos sin mediaciones en la sociedad civil, traiciona su propia causa. <a href="http://www.cubasi.cu/index.php?option=com_k2&view=item&id=2766%3Amariela-castro-nadie-puede-impedir-que-nos-expresemos" target="_blank">Declarar, <i>ex cathedra</i>, que nos bastaría por ahora una unión civil, implica renunciar tácitamente a la igualdad.</a> Si CENESEX, por razones soterradas, prefiere no causar desazón a sus patrocinadores, otras organizaciones LGBT, más legítimas, deberían ocuparse de la tarea.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
¿Cómo se explica Vázquez Seijido el silencio cómplice ante la homofobia del último censo? <a href="http://genealogiadelnictalope.blogspot.com/2012/09/censo-2012-cuba-en-una-foto-desenfocada.html" target="_blank">Desde mi atalaya advertí el borrón, lo estrujé y lancé al patio de CENESEX.</a> El aviso llegó una semana antes del recuento y no hubo rectificación por parte de la ONEI. A los colegas que solicitaron un pronunciamiento a la institución dirigida por Mariela Castro, se les dijo que no habría ninguna declaración. Confirmé ahí que CENESEX no nos basta ni debemos consentirle un liderazgo excluyente. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Con respecto a la escasa difusión que ha recibido la VI Conferencia de ILGALAC y a los tropiezos para la presencia de quienes no nos adherimos a CENESEX, el jurista usa un símil infeliz: </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><i>“Las trans de mi remota ciudad, las que se prostituyen por unos pocos pesos, no saben que ILGA estará en Cuba”, dice usted, y probablemente tampoco lo sepan los mineros de Moa o los azucareros de otra provincia […]</i></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La relación no procede: a los mineros de Moa y a los azucareros de cualquier parte no les interesa tanto la cita como a las trans de mi provincia. La Asociación de Transgéneros del Níquel o la Federación Azucarera Dulce Lujuria no existirán tampoco mientras CENESEX sea la única organización consentida por el Estado y la excusa para que no surjan otras. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Manuel Vázquez Seijido parece más aficionado a las preguntas retóricas que yo: </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><b>¿Conoce que impulsada por el CENESEX, ese al que no le deben nada “las que se procuran hormonas y esculpen sus propios cuerpos sin auxilio médico en los parajes marginales de Cuba”, se creó la Comisión Nacional de Atención Integral a Personas Transexuales en el año 2008 por la Resolución Ministerial No. 126? ¿Conoce usted que Cuba es el único país en Latinoamérica donde se garantiza el derecho a la libre expresión sexual y autonomía sobre los cuerpos de las personas transexuales? ¿Conoce usted los derechos sexuales de estas personas?</b></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Respondo. La Comisión Nacional de Atención Integral a Personas Transexuales no funciona en los parajes marginales de la Isla. <a href="http://genealogiadelnictalope.blogspot.com/2012/01/jorgito-el-prerrecluta-la-enferma-el.html" target="_blank">Las mujeres que requieren esa asistencia suelen vivir desempleadas y violentadas por las estructuras sociales.</a> Las que he entrevistado optan por hormonarse sin consulta porque no tienen adónde acudir. La violencia simbólica, encima, las desarma. El discurso de Vázquez Seijido es habanerocentrista. La Habana nos queda lejos a otros. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sigo: ni remotamente Cuba es “el único país latinoamericano donde se garantiza el derecho a la libre expresión sexual y autonomía sobre los cuerpos de las personas transexuales”. <a href="http://www.infoleg.gov.ar/infolegInternet/anexos/195000-199999/197860/norma.htm" target="_blank">Conozco la legislación argentina.</a> Cuba y Argentina, como dijo el impertinente de Borges una vez, son cosas muy distintas. Parece que también lo somos en materia de derechos para las trans. Cuba, como me alecciona Vázquez Seijido, consiguió gracias a CENESEX que el MININT admita fotos acordes a la identidad de género. Lo celebro. En Argentina basta con una declaración ante el Registro Civil para asumir la plenitud jurídica como hombre o mujer trans. Somos distintos. <a href="http://genealogiadelnictalope.blogspot.com/2012/01/la-abogada-y-el-querellante-un-dialogo.html" target="_blank">Mi interés por la cuestión jurídica también ha quedado demostrado desde el ámbito de la comunicación y el activismo LGBT.</a> </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
De haber leído mi blog, el asesor jurídico sabría que <a href="http://genealogiadelnictalope.blogspot.com/2013/09/sheila-y-yo-ante-el-codigo-de-trabajo.html" target="_blank">estuve entre los que propusieron la alusión a la discriminación por orientación sexual e identidad de género en el nuevo Código de Trabajo</a>. Según el texto de Vázquez Seijido, ni yo ni otros activistas propiciamos la modificación. Todo lo hizo Mariela Castro. El discurso de CENESEX, ya sabemos, está sesgado por su constreñida noción del activismo y de los liderazgos. Recuerdo al jurista, en pos de la precisión, que la cláusula se aprobó incompleta, sin aludir a la identidad de género. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La réplica que me dedica CENESEX corrobora que las sillas de la conferencia ya están separadas. Vázquez Seijido ocupará la suya. Alguna red social lo nominará. En la declaración que precede al texto del jurista figura una afirmación irresponsable o cínica: “existen variantes que las personas con menos posibilidades económicas pueden valorar”. Instrúyannos, por favor. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<a href="http://genealogiadelnictalope.blogspot.com/2013/09/solo-para-heterosexuales.html" target="_blank">El activismo LGBT necesita empoderamiento, no “acompañamiento”.</a> Al abogado se le escapa que la pugna por los derechos negados al colectivo LGBT obliga a luchar por la plenitud civil. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Disensiones aparte, CENESEX debe saber que tenemos los mismos objetivos. Urge respetarnos. El recurso apropiado para dialogar nunca debería ser la descalificación que sugerían las entrelíneas de la réplica de Manuel Vázquez Seijido. Un comentarista anónimo también me asaeteó en el blog con semejante tono, dudando de mi currículo profesional y mi compromiso. Yo, sin ningún temblor, firmo mis opiniones e incluso mis diatribas. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Maykel González Vivero</div>
<div style="text-align: justify;">
Sagua la Grande, 15 de marzo de 2014. </div>
Maykelhttp://www.blogger.com/profile/15895893383192361711noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-1623176189013684519.post-616192182648147102014-02-26T14:47:00.000-08:002014-02-26T17:27:04.502-08:00Ausente<div style="text-align: justify;">
El año pasado pugné en vano por asistir a un taller de género y comunicación. Creímos que sólo interesaría a las mujeres -explicaron mis jefes, que ya habían repartido las cinco plazas correspondientes a Radio Sagua. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
En enero escribí al Instituto Internacional de Periodismo José Martí para inscribirme en un postgrado del mismo tema. Envíanos tu currículo -respondió una funcionaria-. Redacté laboriosamente un compendio que incluyó mis empresas académicas –un diplomado en literatura y género, por ejemplo-, además de una lista de los artículos que he escrito en mi perseverante activismo por los derechos LGBT en Cuba. Llené dos páginas. Después de una semana sin recibir respuesta volví a dirigirme al instituto. Iba a escribirte ahora mismo –se justificó la funcionaria- para comunicarte que sólo admitieron a tres periodistas de provincia y no estás incluido. Será para otra ocasión –concluyó-. Creí ingenuamente que no me admitían por mi condición de provinciano y repliqué: “no se preocupe por el alojamiento, yo podría conseguir un sitio en La Habana”. La funcionaria, ya impaciente, me remitió una respuesta lacónica: “no podemos admitirte esta vez”. Supe más tarde que al resto de los periodistas cubanos no les demandaron ningún currículo; encima, parece que la coordinadora del postgrado nunca recibió las dos páginas mías, según alguien averiguó. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Ayer, por último, escribí a mi amigo Francisco Rodríguez Cruz, periodista y activista LGBT, para que me asesorara en el propósito de asistir a la <a href="http://ilga-lac.org/inscripciones/" target="_blank">VI Conferencia Regional de ILGA</a> (Asociación Internacional de Gays, Lesbianas, Bisexuales, Trans e Intersexuales). Tienes que pertenecer a alguna de las organizaciones miembros de ILGA -me informó-. Revisé la web: <a href="http://ilga-lac.org/miembros/" target="_blank">en Cuba sólo CENESEX y SOCUMES figuran en la membresía</a>. De la escuetísima comunicación de Paquito inferí entonces que CENESEX repartirá a sus edecanes los escaños cubanos en la conferencia. No creo que nadie se pueda adherir voluntariamente a CENESEX, pues <a href="http://www.cenesex.org/quienes-somos/" target="_blank">no es una asociación LGBT, sino una institución del Ministerio de Salud Pública</a>. En cuanto a <a href="http://www.cenesex.org/socumes/" target="_blank">SOCUMES</a>, la tengo asumida como una dependencia de CENESEX cuya influencia no trasciende el ámbito científico, posee escasa relevancia en materia de activismo e incluso se permite contradicciones cuando alude, en su <a href="http://www.cenesex.sld.cu/webs/sexualizate_pregunta_socumes.htm" target="_blank">Código de Ética</a>, a conceptos tan impugnables como “la moral” y las “debilidades sexuales”. Cuando el código de SOCUMES afirma, en su artículo segundo, que el sexólogo debe proponerse “una permanente reflexión sobre sus cualidades y limitaciones o debilidades sexuales a fin de potenciar las primeras y controlar o superar las segundas de manera que no las transmita a los pacientes/clientes o educandos”, ¿a qué alude? </div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Revisemos: en unos sitios no me admitieron acaso por hombre y homosexual, la ausencia de otros se la debo a mi provinciana independencia. Le dije a mi novio que tengo muy mala suerte, pero al instante rectifiqué la frivolidad de esa afirmación: es el precio que pago. Los accesos son verticales. Casi nunca se demanda competencia ni activismo ni currículo; se prefieren los avales, las cartas de recomendación, las membresías… </div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
CENESEX, que ahora administra la presencia de los cubanos en la conferencia de ILGA, es la misma institución que hace un año y medio descartó pronunciarse acerca de la homofobia del Censo de Población y Viviendas Cuba 2012. CENESEX, que muy democráticamente enlaza este blog en su sitio web, es en parte responsable de que no haya ninguna ONG cubana de legítimo carácter LGBT. Las trans de mi remota ciudad, las que se prostituyen por unos pocos pesos, no saben que ILGA estará en Cuba el próximo mayo. Las locas silbadas y agredidas que conozco no saben nada de SOCUMES. Las que se procuran hormonas y esculpen sus propios cuerpos sin auxilio médico en los parajes marginales de Cuba, no deben nada a CENESEX. Esta es la verdad: el rol de CENESEX en función del activismo LGBT ha tendido a la tácita contención, a la moderación y a la regulación, antes que al empoderamiento. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Ya Paquito me contará los pormenores de la conferencia. Estas negativas continuas sirvieron al menos para obligarme a volver al blog. Sigo en mi atalaya, ensimismado. Hoy sólo apura que me presten una grabadora para entrevistar a Daniela, la última trans agredida en las calles de Sagua la Grande. Preparo un reportaje para enviarlo a un encuentro de género y comunicación que acogerá Camagüey. Mi novio me alienta a producirlo entre ambos, aunque sea probable que sigamos ausentes… </div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHdY7KL1LbJkDfiWziS-RvoL-PZBcvdTekgUPZ839T0KzT41xmr8sR4T3lUZrZ7_TKiej4FsDgJI6BeBlKJBNiPpmZpSXfwceJASDWHkiJbbW8CFErD5bSrCuKL-3Kt8DxXPHLkivIhJ8/s1600/conferencia_ILGA.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHdY7KL1LbJkDfiWziS-RvoL-PZBcvdTekgUPZ839T0KzT41xmr8sR4T3lUZrZ7_TKiej4FsDgJI6BeBlKJBNiPpmZpSXfwceJASDWHkiJbbW8CFErD5bSrCuKL-3Kt8DxXPHLkivIhJ8/s1600/conferencia_ILGA.jpg" height="94" width="320" /></a></div>
<br />Maykelhttp://www.blogger.com/profile/15895893383192361711noreply@blogger.com15tag:blogger.com,1999:blog-1623176189013684519.post-91052235213527762482013-10-10T18:48:00.001-07:002013-10-10T18:54:17.990-07:00Luz de quinqué<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_hI_n0D6laLVnCCUf5vVuLaA6jirHHoeFBYxQHgjo8PmFPrzpHX1EpSDwXG2j5wgzWwl2ksNXsNsSicgBY4MvAaN9ogNSuUG-EVeVEgbeHNW_c-tGyv4SEEYZIzbZBK6cOqsYYJb5m0Y/s1600/lampara_quinque.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_hI_n0D6laLVnCCUf5vVuLaA6jirHHoeFBYxQHgjo8PmFPrzpHX1EpSDwXG2j5wgzWwl2ksNXsNsSicgBY4MvAaN9ogNSuUG-EVeVEgbeHNW_c-tGyv4SEEYZIzbZBK6cOqsYYJb5m0Y/s320/lampara_quinque.JPG" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Uno se pone viejo y siente nostalgia por las lucecitas. Crecí en una época oscurecida. Todo se apagaba y encendíamos algún candil, una luz pequeña que alumbrara los rostros. Mi papá entonces nos contaba las audacias de su infancia. A veces refería alguna cobardía suya para compensarnos por tanta épica. Una de esas noches leí en voz alta el pasaje donde Madame de Sevigné describe, con su exquisito ingenio, los prolijos efectos del reumatismo. Abuela se reconoció en aquel recuento de males y se dijo amiga de la Sevigné; por un momento, en aquella oscuridad atenuada por el quinqué, fue la abuela de Proust. <br />
<br />
Mi anhelo de luces precarias es una señal de vejez. Yo he amado los candiles remotos, y ahora no me resigno a imaginar que arden sólo para mí en algún sitio trascendido. Cuando Fidelina me mostró <a href="http://genealogiadelnictalope.blogspot.com/2012/02/noticias-de-la-guerra.html" target="_blank">un candelabro humilde</a> que alguien compró durante la guerra, también deseé el humo de la batalla. Emma mencionó <a href="http://genealogiadelnictalope.blogspot.com/2011/03/luz-de-carburo.html" target="_blank">la luz de carburo</a> que ardía en su casa de la loma y yo no sé qué halo tiene el carburo pero supuse una aureola de santo cuatrocentista. Me queda, única sobreviviente, la luz del quinqué. El quinqué, en pago por mi estima, me quiere. Hace más de veinte años le rocé la pantalla y me dejó el recuerdo de una flor dolorosa: la piel se abrió y luego, endurecida, torció sus pétalos oscuros. </div>
<div style="text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlZSyhpqI3ukX5uAx9L8ea3nj9HNIT3vSyZJMx3qe9AhhIXqXUZa91Znd87r7EO9CX-FB7sEriBtZzK_7BeY9g0q7sEZpp1dMqLi-AqLNWvIBOE8_IORiN7HQdqX6cQGprUnt5dPnJZNQ/s1600/quinques.JPG" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlZSyhpqI3ukX5uAx9L8ea3nj9HNIT3vSyZJMx3qe9AhhIXqXUZa91Znd87r7EO9CX-FB7sEriBtZzK_7BeY9g0q7sEZpp1dMqLi-AqLNWvIBOE8_IORiN7HQdqX6cQGprUnt5dPnJZNQ/s200/quinques.JPG" width="150" /></a> </div>
<div style="text-align: justify;">
Una vez, en una casa muy antigua, me enseñaron la tubería del gas.
Aquella luz apestaba, he sabido. Yo sólo la veo <b><i>oler</i></b> en los bulevares de
Camille Pissarro, que imagino infinitamente luminosos. Otras estampas
finiseculares muestran los altos focos del alumbrado de gas en Sagua.
Campeaba la inundación de 1894, y supongo que andaban apagados porque la
ciudad lastimada no luce ninguna sombra en esos dibujos. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Las luces perdidas alumbran la vejez inmanente. El quinqué quema su mecha y la renueva, para confusión mía.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Maykelhttp://www.blogger.com/profile/15895893383192361711noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-1623176189013684519.post-40229630145082445292013-09-30T20:17:00.000-07:002013-09-30T20:24:50.486-07:00Sólo para heterosexuales <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhUxdyyLXzbqfipltLdTKhZ6CFCeLEEfb2uoAsItgo41LhoiZuaVqVkCAauVVH5pouglSk6XTvMtcjo-ks_jPqwvurBfO07qy3iF9Fxyk9Gc-nw5NXcQrlVReFUuL1aDb34rCghVKM8pl0/s1600/solo_heterosexuales.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="263" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhUxdyyLXzbqfipltLdTKhZ6CFCeLEEfb2uoAsItgo41LhoiZuaVqVkCAauVVH5pouglSk6XTvMtcjo-ks_jPqwvurBfO07qy3iF9Fxyk9Gc-nw5NXcQrlVReFUuL1aDb34rCghVKM8pl0/s320/solo_heterosexuales.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><b>Hostal a 150 metros</b></i> -el cartel señala un callejón enfangado. Allá vamos. El camino se hace rústico y conduce a una casa que no respeta las normas del trazado urbano: cierra la perspectiva de la calle, impide cualquier adelanto a la vía precaria. Al parecer los dueños asumen que el predio nunca progresará. <br />
<br />
-Necesitamos alquilarnos –hago evidente que somos una pareja; mi novio, aunque avisado, enrojece. <br />
<br />
-¡Qué casualidad! –la señora sonríe-. Efectivamente alquilamos la habitación de la azotea, pero unos muchachos ya pagaron y ahora mismo fueron por sus parejas. <br />
<br />
No entiendo el plural, examino la construcción de los altos y se nota que sólo disponen de un cuarto. ¿Será un recurso para disuadirnos de volver, ante tantas solicitudes simultáneas? Decido arriesgarme: <br />
<br />
-¿Algún problema porque somos una pareja del mismo sexo? <br />
<br />
Ella vacila, y yo, sin meditar, abandono mi papel.<br />
<br />
-Me han dicho que ustedes no admiten homosexuales. Si es cierto, me gustaría conocer la razón. Le advierto, además, que está violando la ley. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Acabo de equivocarme. Por desbocado he malogrado el lance. Günther Wallraff abominaría de mí. La señora me dice, después de carraspear, que no puede explicarme nada. No desmiente que hayan negado servicio a los homosexuales, pero toca a su marido exponerme los motivos. Él se llama Hicler y acaba de salir. Se fue. Nunca está en casa. He vuelto varias veces al callejón enfangado, y hasta el niño me advierte que su padre no ha regresado y que nadie sabe cuándo vendrá a encargarse del negocio… </div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Supe de estas discriminaciones por Y., un amigo. Él recorrió sin éxito varios hostales de Sagua la Grande: algunos estaban ocupados, dos se negaron a admitirlo con su pareja. Conseguir un sitio adecuado para tener sexo es una empresa difícil en Cuba, donde la mayoría de los jóvenes está impedida de emanciparse de las familias. Para los homosexuales, por supuesto, resulta peor. A la estrechez física de la vivienda familiar se añaden los prejuicios. Hay que ir entonces a solares yermos o edificios ruinosos. Mi amigo, en cambio, destinó un peso convertible para obtener una habitación durante una hora; el costo superaba su jornal, y ni así pudo obtenerla. </div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Visité un hostal administrado por cristianos, en la calle Padre Varela, el primer sitio donde negaron el servicio a Y. Los dueños negaron haberlo rechazado por homosexual. Apelaron al mismo discurso religioso que ha devenido un lugar común: no rechazamos a las personas sino a las prácticas. Este señor, bastante nervioso, se contradijo muchas veces; dijo, con alguna heterodoxia, comprender a los homosexuales. Si no les franqueó la entrada no hay que atribuirlo a prejuicios religiosos. Me negué a admitirlos para conservar el prestigio que tengo en esta comunidad –explicó-. No sabía que estaba haciendo algo ilegal; si es así reconsideraré continuar con el negocio.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El atropello mayor, de cualquier modo, no lo cometen ellos. Desconocen la ley, ignorancia que no exime del cumplimiento pero las normas jurídicas consideran atenuante. Los que sí la conocen y tienen la obligación de hacerla cumplir me recibieron con tibieza, escucharon serenos, y me despidieron sin la voluntad de enfrentar a los infractores. </div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Primero me dirigí a la fiscalía. La recepción estaba vacía. Entré sin hacerme anunciar y me dirigí a una señora que ocupaba un buró. Me identifiqué y expuse el caso. Ella dijo ser Patricia, fiscal. Yo llevaba memorizado un pasaje del Código Penal. El Capítulo VIII, artículo 295.1 es categórico cuando describe el Delito contra el derecho de igualdad: </div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<b><i>El que discrimine a otra persona o promueva o incite a la discriminación [...] incurre en sanción de privación de libertad de seis meses a dos años o multa de doscientas a quinientas cuotas o ambas.</i></b></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
La misma constitución desglosa las circunstancias generales donde ejercer la igualdad, y en su Capítulo VI, artículo 43, declara que </div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<b><i>El Estado consagra el derecho conquistado por la Revolución de que los ciudadanos, sin distinción de raza, color de la piel, sexo, creencias religiosas, origen nacional y cualquier otra lesiva a la dignidad humana… se domicilian en cualquier sector, zona o barrio de las ciudades y se alojan en cualquier hotel.</i></b></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Traté de persuadir a la fiscal de la gravedad de la discriminación denunciada: negar el alojamiento a una pareja por causa de la orientación sexual es un delito semejante a no admitir a otra por su condición racial. Cerrar las puertas a los homosexuales equivale a cerrarla ante los negros –enfaticé-. Patricia, imperturbable, me pidió que me calmara y acudiera a la Dirección Municipal de Vivienda, entidad que expide las licencias a esos cuentapropistas. Allí acaso podrían ofrecerme una respuesta. Ella, la fiscal, no haría nada para restituir “la legalidad quebrantada”. No lo dijo; no obstante, lo advertí al instante. Salí de la fiscalía. La funcionaria de Vivienda que debía atenderme no se encontraba. Después de varios días de acudir a la institución pude verla. Era una señora algo mayor. Escuchó mi historia con paciencia, y tan serena como la fiscal –la injusticia y la violencia no las conmocionan- me sugirió que viera a la abogada de la entidad, que trabaja en Santa Clara, a 50 kilómetros. Por esos vericuetos he transitado. <br />
<br />
Alguien ha sugerido que esta discriminación sea propia de los hostales sagüeros. He indagado con amigos y me informaron de peculiares modos discriminatorios en otras ciudades. A uno de ellos lo admitieron en un alojamiento de Santa Clara después que los dueños hicieran una especie de junta familiar a puertas cerradas. A otro le insinuaron en Camagüey que debía pagar una tarifa mayor en razón de su sexualidad “irregular”. <br />
<br />
Ni Europa se salva de estos episodios. He sabido que aerolíneas, restaurantes, bares, hoteles, han discriminado a parejas homosexuales casi siempre por prejuicios religiosos. En la mayoría de los casos, por fortuna, las leyes han reivindicado a los menospreciados. </div>
<br />Maykelhttp://www.blogger.com/profile/15895893383192361711noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1623176189013684519.post-86762043403611670492013-09-25T14:19:00.000-07:002013-09-25T20:35:05.548-07:00Marino Murillo y los viejos de mi país <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbquMcHzO3JaVA9QvNaHUOohrmfD1aEN5PwCVh5icrCSM6-KLKVFHNCz3XhH-c1GgJ5IsvyRZGxul8AdDr5K2xh9PEwIgZSb7ENR9OGqGOSL095I603AQ_qD6zMSPuC9T1OFRKLm3zTSc/s1600/anciano_sagua.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbquMcHzO3JaVA9QvNaHUOohrmfD1aEN5PwCVh5icrCSM6-KLKVFHNCz3XhH-c1GgJ5IsvyRZGxul8AdDr5K2xh9PEwIgZSb7ENR9OGqGOSL095I603AQ_qD6zMSPuC9T1OFRKLm3zTSc/s320/anciano_sagua.JPG" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
El aspecto de <a href="http://www.ecured.cu/index.php/Marino_Murillo" target="_blank">Marino Murillo</a> incrementa la molestia que ocasionan tantos reclamos suyos de ahorro y laboriosidad. Si el mismo razonamiento fuera presentado por un sujeto magro, bien enteco, la estampa sería coherente. Cuando regaña a los cubanos por los desajustes que otros causaron, Murillo pierde de vista su cuerpo mórbido, olvida su carne indolente de tecnócrata, no advierte que ese porte voluminoso deteriora la credibilidad de su discurso…<br />
<br />
<a href="http://www.granma.cubaweb.cu/2013/09/24/nacional/artic02.html" target="_blank">Y esta vez ha ido demasiado lejos: anunció que pretenden cobrar la estancia y los servicios de hogares de ancianos y casas de abuelos.</a> Un amigo mío, periodista muy ecuánime, me confesó que hubiera preferido no enterarse. A Murillo no le tembló la voz al avisarnos ni a Leticia Martínez le tembló la mano al escribirlo. Mi amigo explica, con penetración descarnada, que todos los periodistas no somos iguales. <br />
<br />
A mí me obsesiona la situación de los viejos de mi país. Reciben atención médica gratuita, pero sus reducidos presupuestos no alcanzan para comprar medicinas y alimentos. Nuestros ancianos se jubilan con pensiones irrisorias, insuficientes para resistir el encarecimiento de la vida. Los que no reciben una remesa suelen ir un poco andrajosos, con ropas que compraron antes de la caída de la URSS. Huelen mal aunque sean aseados, pues no consiguen costear el precio de los cosméticos indispensables. <br />
<br />
Cuba está llenándose de mendigos, y la mayoría son viejos. Murillo, acaso por grueso, no conoce las calles de La Habana. La mendicidad, a estas alturas, no sólo prospera en la capital: Santa Clara, Camagüey y Sagua la Grande, las ciudades que conozco mejor, van configurando su propia Corte de los Milagros hugoliana. <br />
<br />
Mi papá tiene 66 años y se jubiló después de trabajar desde principios de la década de 1960. Era un adolescente cuando lo emplearon como recadero de una bodega. Con mucho esfuerzo consiguió hacerse profesor y se siente en deuda con la Revolución, como tantos hombres y mujeres de su generación. Su esfuerzo fue “premiado” con una pensión de 305 pesos, unos 12 CUC. Y yo no puedo socorrerlo con nada. El salario, por más que me castigue escribiendo impertinencias, es insuficiente para costear mis propios alimentos. Todos los meses lidio con un déficit, pese a mi frugalidad. Ojalá mi padre nunca tenga que acudir a una de esas instituciones, generosas y mal servidas hoy, acaso costosas mañana. <br />
<br />
¿Quién supone Murillo que pagará? ¿Los ancianos raídos o sus familias abrumadas? ¿Quién pagará? <br />
<br />
Una parte de Cuba está endureciéndose. Murillo, el tecnócrata, no sólo pierde de vista la incoherencia del cuerpo mórbido con el discurso: se arriesga peligrosamente a poner al Estado por encima de la gente, a convertirlo en absoluto, en el bien fundamental que debemos proteger en detrimento de nosotros mismos. Hace, con gran torpeza, una pésima jugada política. Ese “socialismo” -digámoslo ya- no es el socialismo libertario e inclusivo que proyectamos una vez y hoy seguimos deseando. Cuando Murillo y sus cofrades afirman que reformaremos el país sin tocar su esencia noble, tengo que dudar. Las reformas van salvando al Estado en sus urgencias económicas, pero nos hunden moralmente cada vez. <br />
<br />
Raúl hablaba con preocupación de la baja natalidad. En evidente paradoja, el anteproyecto del Código de Trabajo reduce los beneficios laborales a la maternidad. ¿Cómo conciliar estas circunstancias? Aguardemos a la redacción final de la ley para saber qué resolvieron sobre otros desamparos legislados. En algunos aspectos, el documento encarna un retroceso. <br />
<br />
Han pasado algunos meses desde que di con un viejo mendicante y trastornado en la plaza principal de Sagua la Grande. El anciano, indignado, cuestionó la lógica de honrar a Maceo con una corona de flores al pie de un busto mientras tantos se debaten por los alimentos. Gritaba: ¡ese bronce no siente nada! Estaba muy molesto: ¡si Martí renace se muere! La escena perturbaba por su carácter destemplado. El reclamo era grotesco y sobrecogedor sobre todo porque los transeúntes lo tomaban por loco y él tenía razón. </div>
Maykelhttp://www.blogger.com/profile/15895893383192361711noreply@blogger.com15tag:blogger.com,1999:blog-1623176189013684519.post-56086608135154346542013-09-23T19:10:00.000-07:002013-09-23T19:10:13.747-07:00Sheila y yo, ante el Código de Trabajo <div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGh_Qjj8e517QOHp5LRCHkSe9sOIRhh1gYOJU0RTldeosSurOL0k1Bdo9PlQa6B0RtAEvFSvNRSaygQOVQm6OOTfaiPvtA4fapGF1NdO6-XPbEQlOwIAgj6pUfFqxpIlGKGzWNw4ykHVE/s1600/sheila.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGh_Qjj8e517QOHp5LRCHkSe9sOIRhh1gYOJU0RTldeosSurOL0k1Bdo9PlQa6B0RtAEvFSvNRSaygQOVQm6OOTfaiPvtA4fapGF1NdO6-XPbEQlOwIAgj6pUfFqxpIlGKGzWNw4ykHVE/s320/sheila.JPG" width="240" /></a></div>
<span id="goog_1019451401"><span id="goog_652308879"></span><span id="goog_652308880"></span></span><span id="goog_1019451402"></span>Sheila trabaja en un viejo establecimiento que hasta hace poco exhibía una tosca pintura mural con las banderas entrelazadas de Cuba y la URSS. Meses después de borradas la hoz y el martillo apareció ella, recién egresada del Instituto de Economía de Sagua la Grande. Es discreta, una mujer que no quiere atraer la atención. En esta pequeña ciudad abundan transexuales y transgéneros; una bodeguera tan ensimismada, entonces, no debería sorprender a nadie. Algunos transeúntes, no obstante, se detienen a mirarla y cuestionan su presencia tras el mostrador: ya han visto a mujeres semejantes, pero jamás empleadas por el Estado. Ella les parece una extravagante. <br />
<br />
La bodega queda frente a la emisora. Me contaron que una colega mía, discriminada a su turno por pertenecer a otras minorías, se escandalizó ante la ostentación que hace Sheila de su identidad de género: ¡no sé cómo le permiten a ese muchacho que se vista así para trabajar! Alguien replicó, por fortuna, en defensa de la bodeguera. <br />
<br />
Después de aquel incidente hablé con Sheila para indagar sobre sus conflictos como mujer transexual y trabajadora. Ella me refirió, sin exaltarse, que la Empresa de Comercio y Gastronomía cuestionó el derecho de manifestar su identidad. En la reunión donde se debatió el asunto, por supuesto, Sheila no pudo defenderse. La administradora, su jefa inmediata, asumió la representación de la trabajadora. Para apuntalar la defensa no pudo invocar ninguna ley, pues hasta ahora ninguna legislación protege a Sheila. Citó los tímidos pronunciamientos políticos, mencionó gestos amables del Estado hacia las personas trans y enarcó la insuficiente gestión del CENESEX con Mariela Castro a la cabeza. Estas razones salvaron el derecho de Sheila a su condición femenina en el espacio laboral. <br />
<br />
Cuando estudiaba no tuvo ningún defensor: la escuela, con fuerza de chantaje, hasta le prohibió dejarse el cabello largo. La muchacha no pudo acudir a nadie. Ningún “educador” de la enseñanza general parece conocer siquiera qué es la identidad de género; en la educación superior, según me consta por mi novio y sus amigos, cunden la homofobia y la transfobia. Sheila se considera afortunada: concluyó la enseñanza técnica. La mayoría de las trans que conozco han sido acosadas en las escuelas, no consiguieron culminar ningún nivel profesional, y algunas se dedican hoy a la prostitución. Todas carecen de recursos verbales y jurídicos para defender su transgeneridad. Ni siquiera las favorece la perspectiva patologizante del sistema de salud cubano: no tienen acceso a consultas especializadas ni a cirugías. Sólo los pequeños grupos que apadrina el CENESEX gozan de estas opciones. La Habana, por desgracia, está muy lejos. Sheila se hormona por su cuenta, con pastillas anticonceptivas que expende cualquier farmacia. Así construye precariamente senos y cuerpo femenino, con riesgo para la salud. <br />
<br />
La semana pasada discutimos aquí el <a href="http://www.granma.cubaweb.cu/Anteproyecto-Ley-Codigo-TRabajo-Cuba-2013.pdf" target="_blank">anteproyecto de Ley del Código de Trabajo</a>, y anoté al margen del documento varias modificaciones. Una de ellas, por supuesto, atañe al artículo 2, inciso a): <br />
<br />
<b><i>toda mujer u hombre en condiciones de trabajar, sin distinción de raza, color de la piel, sexo, religión, opinión política, origen nacional o social, y de cualquier otra lesiva a la dignidad humana, tiene derecho a obtener un empleo con el cual pueda contribuir a los fines de la sociedad y a la satisfacción de sus necesidades y las de su familia, […] </i></b><br />
<br />
En coincidencia con otros activistas LGBT, sugerí que se explicitara la prohibición de discriminar por orientación sexual, identidad de género y seropositividad al VIH. Acompañé mi propuesta con una reflexión sobre nuestra odiosa historia de discriminaciones y atropellos contra personas homosexuales, transexuales y seropositivas. La mayor parte de mis compañeros respaldó mi solicitud. Unos pocos consideraron que la mención de “sexo” era suficiente, y eso me obligó a explicar la distinción entre sexo y género, e incluso la irrebatible afirmación de Judith Butler de que sexo, en el discurso histórico de Occidente, siempre ha sido sexo generizado. <br />
<br />
Cuando mencioné a Sheila la oportunidad de protección que podría ofrecerle el nuevo código, ya era tarde. Se discutió en la Empresa de Comercio, y ella no supo que dejaba pasar un recurso para protegerse. He ahí el límite supremo de violencia: no nos creemos con derecho a defendernos. Ella no arguyó, impedida de hacerlo, simbólicamente violentada diría Pierre Bourdieu; yo hablé a mi turno por ambos.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7xHg4gSgHYeL7Cj5kTBQi6WlEVeEnaEYjh9DncK3JDtYNOuJ2479HKPgM5g4WHZjWNP36SyChEvHja8iHkR8YY9bcs2-b7c2agP88IqZKwHDVFBJw7W1cUBSYuvE6lV7vDNUCCth_cGg/s1600/sheila2.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7xHg4gSgHYeL7Cj5kTBQi6WlEVeEnaEYjh9DncK3JDtYNOuJ2479HKPgM5g4WHZjWNP36SyChEvHja8iHkR8YY9bcs2-b7c2agP88IqZKwHDVFBJw7W1cUBSYuvE6lV7vDNUCCth_cGg/s400/sheila2.JPG" width="400" /></a></div>
</div>
Maykelhttp://www.blogger.com/profile/15895893383192361711noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-1623176189013684519.post-12609708372078382892013-08-20T16:41:00.000-07:002013-08-20T17:11:55.678-07:00Hallazgos del último vecino <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijJdeO7TAQmjQiVkjvlk3pTXko-26ZEzIC0NXBXQ9j8o7uNUCgdgo7NFuJhERI36NuUIP3N1YvbxzDUWTpjvNK6V3tMRhnb8VsrBEP7g2OQQktz339IXjr7Mc83k-VJND_07BNL2YQ5ng/s1600/transeuntes_sagua.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijJdeO7TAQmjQiVkjvlk3pTXko-26ZEzIC0NXBXQ9j8o7uNUCgdgo7NFuJhERI36NuUIP3N1YvbxzDUWTpjvNK6V3tMRhnb8VsrBEP7g2OQQktz339IXjr7Mc83k-VJND_07BNL2YQ5ng/s320/transeuntes_sagua.JPG" width="320" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Desde que vivo solo he hecho varios descubrimientos. Algunos sonríen
cuando enumero mis hallazgos, pues les parecen circunstancias
cotidianas. Sea, reconozco que he sido hasta ahora un torremarfilista
típico: si observé y juzgué los trasiegos cotidianos, lo hice con
vocación de costumbrista. De súbito he transitado de etnógrafo a
etnografiable, y el cambio de perspectiva me aturde todavía. <br />
<br />
Descubrí, por ejemplo, que para mudarte debes tener un par de amigos
fornidos. Si nunca los tuviste, deberás reunir mucho dinero y persuadir a
algunos vecinos para que carguen tus efectos hasta la nueva casa. El
pago y la persuasión resultan aquí necesidades complementarias: nadie se
dedica, profesionalmente, a las mudanzas. Hay que pagar y convencer de
tu urgencia. Heme aquí, propietario hace dos meses, y no consigo que me
suban el refrigerador hasta la buhardilla… <br />
<br />
Mi siguiente descubrimiento es trágico: comemos arroz todos los días,
pero los establecimientos no lo venden siempre. Hay que hacer
provisiones. ¿Venden arroz? ¡Corre, entonces! No importa que descarguen un
camión, la gente agotará las provisiones en pocas horas. La
precaución de abastecerse sirve para todos los productos, pero el caso
del arroz es preocupante: es el único alimento imprescindible. Leí
recientemente que cada cubano consume un promedio de 70 kilogramos al
año. Lo decían con orgullo, como si se tratara de una señal de holgura en los hogares. <br />
<br />
Descubrí, además, que me asusta comprar carne. En primer lugar, la libra
de cerdo cuesta veinticinco pesos, y esa cifra rebasa ampliamente mi
jornal. Encima, está pautado que te roben una porción. Y lo peor: se
corre el riesgo de que la vendan en mal estado, pues en Cuba las carnes
se exhiben a la intemperie, en una tarima. Mi papá, un anciano sagaz,
con gran experiencia en sortear el peligro de las carnes, compró esta
semana varias libras de cerdo podrido. Por fuera se veía sano; al primer
tajo, apestó… </div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwV4ahZtM9qyFINsxICXBTHK2pfrf93FgOAbpsliERi4VSFxCnr9RqbL2DK4wmZWUNrDdGD5b45yzAByEWehAmx7bPihzRtT3g41HP1ckRPip56Eavl5GaCrIwid7_E2dBY5cz41sVO4A/s1600/callecespedes_sagua.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="149" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwV4ahZtM9qyFINsxICXBTHK2pfrf93FgOAbpsliERi4VSFxCnr9RqbL2DK4wmZWUNrDdGD5b45yzAByEWehAmx7bPihzRtT3g41HP1ckRPip56Eavl5GaCrIwid7_E2dBY5cz41sVO4A/s200/callecespedes_sagua.JPG" width="200" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Para realizar las reparaciones que urgen a la casa funcionan las mismas reglas que enumeré arriba, al juzgar la dificultad de mudarse. Mis puertas están destartaladas y tengo la friolera de seis, todas bien altas, con lucetas y el antiguo diseño de persianas y postigos que aquí llamaron “carpintería francesa”. Estas encantadoras puertas casi tienen un siglo y se sostienen con esfuerzo. Cuatro fueron clausuradas con tablas y dejan pasar un poco de agua si llueve sobre ellas. Dos carpinteros creen que el trabajo es engorroso y declinaron asumirlo. Otros no gustan de remendar y estarían dispuestos a fabricarme puertas nuevas a un precio exorbitante, si les abono un adelanto para comprar la madera y otros enseres. Dejaría las puertas así, hasta hallar una oferta mejor, pero me preocupan los ciclones, así que echaré mano a unos ahorros y haré arreglar un par de las más endebles…<br />
<br />
Mis padres insisten en que se puede vivir con doscientos pesos a la semana, pero no consigo que compartan el algoritmo. Renuncié a comer fuera siquiera una vez al mes, y compro los alimentos más baratos. Me haré vegetariano a la larga. Por lo pronto proyecto sustituir frijoles por chícharos, a ver si el salario dura un poco más y puedo soportar otros pagos necesarios. <br />
<br />
Mi último descubrimiento es el más sorprendente: desde mi balcón nada se parece al mundo de los pedestres. La ciudad se violenta en líneas apretadas y reduce sus dimensiones. Con la gente pasa lo mismo: exhiben las narices y los vientres con un atrevimiento horizontal que ellos mismos no sospechan. </div>
Maykelhttp://www.blogger.com/profile/15895893383192361711noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-1623176189013684519.post-32888405895237472062013-07-30T14:58:00.000-07:002013-08-03T13:28:59.328-07:00Hacia la buhardilla<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuPu9ZFHwXGOVMEt1Q23_jkw8YI7OOPzKsODW9nDntEEn_3ey-vWSsCSCPo5Wv2iQTr1lWKh4iiZ3uO3fnpF-rarvUCOsZcKHEOkrQqaB03PkomGp6Wqcmdo16zx6eJjdN2Gfe-UAdg-A/s1600/escaleras2.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="238" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuPu9ZFHwXGOVMEt1Q23_jkw8YI7OOPzKsODW9nDntEEn_3ey-vWSsCSCPo5Wv2iQTr1lWKh4iiZ3uO3fnpF-rarvUCOsZcKHEOkrQqaB03PkomGp6Wqcmdo16zx6eJjdN2Gfe-UAdg-A/s320/escaleras2.JPG" width="320" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Llegar hasta <a href="http://genealogiadelnictalope.blogspot.com/2013/07/un-vate.html" target="_blank">mi nueva</a> casa obliga a un viaje de ochenta y dos escalones.
La subida me recuerda la escalera terrorífica de algún thriller de la
década de 1940. El edificio parece un sitio apropiado para el crimen:
una reja sórdida sustituye al antiguo pasamano, el trasiego ha gastado
los peldaños de mármol, la sordidez de los pasillos instaura una
atmósfera gótica… <br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhpjgWEZVyVBMswT_Peq08Ho1cXQH5G3HTc60P016adWjW01rongZLovlGGGsh7bJ5meXPMizsujg0P78Kggqx_Fk3oeYj0YIVZc6ImLeJ_CPLPeSIoDuEmDb8lBXLGfkT-EGvFE7RTSG0/s1600/vestibulo.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="149" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhpjgWEZVyVBMswT_Peq08Ho1cXQH5G3HTc60P016adWjW01rongZLovlGGGsh7bJ5meXPMizsujg0P78Kggqx_Fk3oeYj0YIVZc6ImLeJ_CPLPeSIoDuEmDb8lBXLGfkT-EGvFE7RTSG0/s200/vestibulo.JPG" width="200" /></a>Por lo demás, el edificio es muy pacífico. Casi nunca me tropiezo con
algún vecino. Antier subían dos señoras extraordinarias: la mayor
llevaba un atuendo decimonónico; la segunda, todavía más exótica, hacía
ondear los flecos de un turbante. Viven, al parecer, en el primer piso. </div>
<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
El vestíbulo es altísimo y remontarlo ya obliga a un esfuerzo. No he contado los descansos tan largos que obligan efectivamente a descansar antes de continuar el ascenso. Toda la escalera posee unos ventanales desarticulados que permiten observar la ciudad. A cada peldaño corresponde un ángulo más vertical y la consiguiente línea de azoteas que revela la altura. </div>
<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlEGjEH2fxAiuKx-zyJbGkGMBvfKv0WNZD44IzV1zBOofqKNJOrWx9eNf9l63fIzRkJ35Wpkv2DuqsB3HOe8M5VE7oUX07kGDY1-Nh9Lqtk7VhDxx7A5pv0m0RSgWN27Ow1DzBNE8_N6Y/s1600/escaleras1.JPG" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="150" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlEGjEH2fxAiuKx-zyJbGkGMBvfKv0WNZD44IzV1zBOofqKNJOrWx9eNf9l63fIzRkJ35Wpkv2DuqsB3HOe8M5VE7oUX07kGDY1-Nh9Lqtk7VhDxx7A5pv0m0RSgWN27Ow1DzBNE8_N6Y/s200/escaleras1.JPG" width="200" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGZxogvrlk4p3EqHHigJ5MYbMhgGD8vLkOX1FGgcNzMrQrA0Pjpc_CLazK8eFQ3_4is07giCLjafaHz4-tTJnLrGgouzqW8WykwxD3_ZH5bDbsdHAalvki0Uya-QTSsxSvyeCgQp4r65w/s1600/claustro.JPG" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"></a>La mayoría de los vecinos vive a puertas cerradas, excepto unas mujeres del segundo piso, anhelosas de espacio o simplemente acaloradas. Me he prohibido escudriñar salones ajenos, pero es inevitable enterarse de los hábitos de quienes viven sin cerrojos: a ellas, por ejemplo, les gusta dormir la siesta en el suelo. Al lado vive un perro y acostumbra a ladrar cuando alguien pasa. </div>
<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
Como en la pensión Vauquer que describió Balzac, el piso más alto estaba reservado –y sigue estándolo de algún modo- a los más pobres. Ahí vivo. Hay un espacio claustral y más allá se abren dos pasillos, uno de ellos sinuoso. Por esa ruta llego a casa gracias a un recurso propio de ciertos cuentos populares: ante cualquier encrucijada, tomo la izquierda. </div>
<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
En el apartamento contiguo, una señora y su hija se ciñen a un espacio reducidísimo: una habitación y la correspondiente barbacoa. A veces me obligan a apretarme también, como hoy, cuando ocuparon el pasillo para teñirse, por turno, el cabello. Pasé entre un peine y los rizos amenazantes.</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGZxogvrlk4p3EqHHigJ5MYbMhgGD8vLkOX1FGgcNzMrQrA0Pjpc_CLazK8eFQ3_4is07giCLjafaHz4-tTJnLrGgouzqW8WykwxD3_ZH5bDbsdHAalvki0Uya-QTSsxSvyeCgQp4r65w/s1600/claustro.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGZxogvrlk4p3EqHHigJ5MYbMhgGD8vLkOX1FGgcNzMrQrA0Pjpc_CLazK8eFQ3_4is07giCLjafaHz4-tTJnLrGgouzqW8WykwxD3_ZH5bDbsdHAalvki0Uya-QTSsxSvyeCgQp4r65w/s320/claustro.JPG" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
Una puerta más lejos vive Pepita, una pelirroja falsa; se le atribuyen grandes pasiones. Lo mismo me dicen de una anciana de asentaderas monumentales, Fefa Mellado. ¿Por qué es famosa? –pregunté a un amigo-. ¡Por alegre! –contestó-. Antaño dedicaban versos humorísticos a su imponente andar, y hoy se afirma que debe al esfuerzo de las escaleras la maravilla de sus piernas. </div>
<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcqUy7JebDBSM8Vc6Vz-ut77anOaVQTZUhpMcZo-qCIYxIJhr_dkcGSAKjxulRX8eU0q7QXd7ynghIe2WkpTfZ2vMTYXFNX3MwwikcQsSA10EuFIbSvb0l4DzPKhPvjqkGpDzm1xH0NlU/s1600/ventans1.JPG" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcqUy7JebDBSM8Vc6Vz-ut77anOaVQTZUhpMcZo-qCIYxIJhr_dkcGSAKjxulRX8eU0q7QXd7ynghIe2WkpTfZ2vMTYXFNX3MwwikcQsSA10EuFIbSvb0l4DzPKhPvjqkGpDzm1xH0NlU/s200/ventans1.JPG" width="150" /></a>Me refieren otras intimidades del edificio que no me atrevo a corroborar: que si la señora de la barbacoa habla mal de Pepita y la hija no puede tener marido por lo reducido de la casa; que si la Mellado, airada, ha agarrotado a Pepita contra las paredes del pasillo sórdido y la pelirroja se ha escurrido como la sanguijuela que es… Nada he presenciado hasta ahora. El edificio es apacible, salvo por la anciana que regaña al nieto y lo persigue con un cinto por el claustro. El niño se llama Yoelvis, y me dejó en la puerta una invitación para asistir a la inauguración de su biblioteca. La redacción y la ortografía eran impecables. <br />
<br />
Desde la azotea, la ciudad se recoloca, acerca o aleja impresiones a voluntad. Por las noches se encienden las luces de la Calzada de Barker, que algunos asumen como la ruta para huir
de la decadencia; para mí, en cambio, es el Camino de la Costa, por
donde llegaban forasteros en el siglo XIX.<br />
<br />
Me gusta servir la comida en el único balcón que puedo abrir y ejercitarme en la reconstrucción imaginaria de la ciudad y la buhardilla: dónde pondré un cuadro y una araña de cristal y un fumadero de opio y la ruta de las hormigas sobre mis platos y la señal de la meta del viaje en las cuentas oscuras de un bombo de la vieja charada china.</div>
Maykelhttp://www.blogger.com/profile/15895893383192361711noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-1623176189013684519.post-81281600473355904752013-07-06T16:43:00.000-07:002013-07-06T16:47:48.716-07:00Un vate <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOskkXMrSemsig5H4wkCncKsfkxzS9JjW3sWmA_nVWb6gzHNUpSM16x-5b0TDXZdHf9fG7tzTaXOMc2Q5GTsxfFz0wchSCW-rdoGBcx4eMcP3P1gamXPLj-l9zUvDEGKlCTEbEDEHCrjQ/s1600/sagua.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOskkXMrSemsig5H4wkCncKsfkxzS9JjW3sWmA_nVWb6gzHNUpSM16x-5b0TDXZdHf9fG7tzTaXOMc2Q5GTsxfFz0wchSCW-rdoGBcx4eMcP3P1gamXPLj-l9zUvDEGKlCTEbEDEHCrjQ/s320/sagua.JPG" width="320" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
La condición poética estuvo asociada a la facultad de profetizar. De ahí la concurrencia semántica en la palabra “vate”, que comparte la raíz latina de vaticinio, y significa, a la vez, adivino y poeta. En la antigüedad –Platón lo aseguraba, Aristóteles desconfió- se creía que el poeta obedecía los dictados de un dios. Siglos después, tras sucesivas reformulaciones de las poéticas, ¿qué hemos venido a considerar de las profecías sino su carácter de poemas? Nostradamus, grave y terrorífico, también es poeta, acaso apenas poeta –como si la poesía no fuera milagro suficiente-. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El pasado mes –he aquí la noticia que justifica las consideraciones anteriores- consagré mi don de vate con un augurio de origen poético que se ha cumplido. Veamos los antecedentes. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<a href="http://genealogiadelnictalope.blogspot.com/2008/09/al-dorso-de-una-foto-esto-escribo.html" target="_blank">Hace un lustro imaginé a mi tía abuela Lydia González Toledo</a>, al lado mío, escudriñando las nubes desde la azotea de un edificio sagüero inaugurado en 1920, La Villa de París. Nunca conocí a Lydia, pues murió antes de que terminara aquella década. Pude suponerla acodada en el portal o vagando por el patio de la casa de mis abuelos; extrañamente se me apareció en otra parte.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<a href="http://genealogiadelnictalope.blogspot.com/2010/06/hilos-sueltos-del-volatinero.html" target="_blank">Dos años después</a>, el sujeto de un poema en prosa –alter ego mío evidente- volvía a referirse al edificio y comentaba la posibilidad de vivir allí, en La Villa de París: </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><b>Iba a mudarse contigo, ¿a la Villa de París? Eso queríamos instituir, ¿socorros mutuos? Y no pensábamos en Francia, sino en el edificio donde hubo una sedería oscura, un fumadero de opio, una botella de ajenjo. </b></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y ahora resulta que sin proponérmelo, sin buscar ningún cumplimiento, por azar, me he mudado. Comprar un diminuto apartamento ahí era tan improbable como vivir en Pueblo Nuevo, Villa Alegre o Resulta. Para mayor acierto, la foto que ilustra el vaticinio muestra una sección de la esquina donde vivo ahora. Todos mis balcones estaban ahí, prefigurados. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Una advertencia: no me pidan profecías. Busquen mis poemas descosidos, eludan la brevedad y falta de imaginación de mis versos, y anden atentos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<b>______</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">Foto: Sagua la Grande desde mi balcón. </span></div>
Maykelhttp://www.blogger.com/profile/15895893383192361711noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-1623176189013684519.post-72537245550987318752013-06-30T15:30:00.000-07:002013-06-30T18:31:35.547-07:00El regreso al Capitolio<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4-CS69l7xDZ8W8aAMO88BqZYNkk5Sz-sb88SaG09mQRk03fSXDgpWShIU_5FVuYn5UpxQz0TDwBsGe27g5GKvG6F8T5ZBXpkt7q2so14M5RU3nXkzpgUBnKgkSIB_U-0X2ynFCQB4JTI/s490/Cuba-Capitolio.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4-CS69l7xDZ8W8aAMO88BqZYNkk5Sz-sb88SaG09mQRk03fSXDgpWShIU_5FVuYn5UpxQz0TDwBsGe27g5GKvG6F8T5ZBXpkt7q2so14M5RU3nXkzpgUBnKgkSIB_U-0X2ynFCQB4JTI/s320/Cuba-Capitolio.jpg" width="212" /></a></div>
<br />
Eusebio Leal delira. Dijo, <a href="http://www.juventudrebelde.cu/cuba/2013-06-29/los-edificios-no-son-culpables-de-lo-que-ocurre-en-ellos/" target="_blank">en una entrevista con el diario Juventud Rebelde</a>, que el Capitolio de La Habana “se convirtió en un símbolo de la República ideal”. ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Qué república? <br />
<br />
Hace varios meses, numerosos cubanos nos sorprendimos ante la peregrina decisión de restituir al capitolio la sede del parlamento. La idea de tal retorno, que Leal atribuye a Raúl Castro en persona, es muy frívola y acaso irresponsable. Por una parte, la Asamblea Nacional es unicameral y no podría sesionar, a causa de la falta de espacio, en ninguno de los hemiciclos capitolinos. Por otro lado, ¿es posible enajenarse del verdadero simbolismo del edificio? <br />
<br />
El ideal republicano que encarna el capitolio es el sueño megalómano de Gerardo Machado. Es el ideal de la república plattista y machadista que quiso dinamitar la Revolución del 30, lamentablemente malograda. No hay más ideales ahí. El difamado Jorge Mañach, mi coterráneo, decía que en el Salón de los Pasos Perdidos habíamos extraviado un paso ilustre, el paso de Martí. <br />
<br />
No han pasado tantos años desde que <a href="http://genealogiadelnictalope.blogspot.com/2009/07/por-que-no-me-gusta-el-capitolio-de-la.html" target="_blank">visité por primera vez el capitolio, y el edificio no me agradó</a>. Desde la solidez abacial de la salida trasera hasta la suntuosidad versallesca de los salones principales, los fastos del capitolio se me presentaron como la engañosa puesta en escena de una república fallida. El Ángel Rebelde de los jardines es un intruso. ¿Cómo explicar, salvo por el egoísmo y la hipocresía, que una nación paupérrima inauguró y continuó levantando semejante palacio en medio de la crisis económica y financiera de 1929? <br />
<br />
El Capitolio Nacional es una antigualla; como tal merece la restauración y la sobrevida. Si es una ilusión óptica, un diamante falso, el escenario de las más ridículas y solemnes comparsas republicanas, entonces, por mal ejemplo, debe perdurar. Sólo para museo sirve. Suponer que sería la sede adecuada para el parlamento implica un insulto, no para nuestra Asamblea Nacional unánime e inverosímil sino para el parlamento que queremos tener. <br />
<br />
La reivindicación simbólica del capitolio me obliga a conjeturar qué se pretende en Cuba, qué rumbos políticos anuncia este retorno de un hijo pródigo. La neoburguesía emergente, la segregación socioeconómica que significa la doble moneda, la retirada del Estado en beneficio de especuladores y explotadores en ciernes, el surgimiento de impuestos inconciliables con los bajos salarios, la imposibilidad de constituir una sociedad civil heterogénea… todos los avisos que advierto a la vera del camino parecen conducir al capitolio. Viajamos hacia el punto cero de las rutas nacionales. Al cero de altos quilates. <br />
<br />
El nuevo discurso ahistórico de Eusebio Leal (“los edificios no son culpables de lo que ocurre en ellos”; “hay un momento en el que se hace un punto final y se comienza la historia”) contrasta a las claras con la vehemencia historicista de la Revolución. Probablemente este súbito ahistoricismo sea compatible con la vocación del anticuario: todo lo viejo es lindo. Hoy recogemos, por decreto, los muebles dispersos del capitolio; mañana -¿pronto?- tendremos que recoger el mobiliario útil de la genuina Revolución de los comienzos. Algunos se encogen de hombros ante el retorno y asumen la permuta como un asunto doméstico, sin notar que se trata de un problema discursivo. La mudanza de sede y de discurso resulta sintomática si revisamos la trayectoria de un país que ahora pretende rediseñarse. <br />
<br />
El regreso al capitolio aspira acaso a la legitimación ritual de un parlamento que se reúne un par de veces al año y sólo refrenda, jamás legisla. Si es así, debieron encargarse un edificio nuevo –de puntal bajo, con tejas criollas- o reunirse a la sombra de un palmar y empezar a discutir en serio a partir de ahora. Maykelhttp://www.blogger.com/profile/15895893383192361711noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1623176189013684519.post-21159322312502814102013-05-28T12:55:00.000-07:002013-05-28T12:55:18.829-07:00La familia invisible<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtGzSGYyssylsRr7LKlf_tBo-vE1M7ZmEHOru2lvxoFOZZryFqiGKJVLNOz8ERaFKRwsDZqBVm6vLMeLDH-kOWimw2Dt3PbqHBP1rEUIGMRnoev6BLf2Cz9LKYJsnh9DJ3D4een8J7vdg/s1600/carlos_y_yo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="239" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtGzSGYyssylsRr7LKlf_tBo-vE1M7ZmEHOru2lvxoFOZZryFqiGKJVLNOz8ERaFKRwsDZqBVm6vLMeLDH-kOWimw2Dt3PbqHBP1rEUIGMRnoev6BLf2Cz9LKYJsnh9DJ3D4een8J7vdg/s320/carlos_y_yo.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Carlos Alejandro y yo somos una familia invisible. El Estado desconoce nuestro vínculo; sus padres y los míos, aunque saben que somos una pareja, nos niegan la condición de familia. A un año y medio de habernos unido, estas enemistades tácitas podrían resultarnos indiferentes, pues la invisibilidad que nos adjudican no consigue debilitar la voluntad de andar juntos. Ante el velo echado sobre los cuerpos y el proyecto de vida en común, la respuesta más elemental sería encogernos de hombros. Una familia, podríamos pensar, se constituye en una entidad tan monolítica que parece por momentos indestructible. Se quebraría desde dentro –continúa el argumento consolador-, pero ninguna influencia externa puede socavarla. Lamentablemente Carlos Alejandro y yo, además de invisibles, también somos una familia agredida. Ante la urgencia del reclamo y la necesidad de discurrir con tino, sin el lastre de la ira, solemos olvidar que la negación de un derecho es una agresión, un gesto beligerante.<br />
<br />
</div>
<div style="text-align: justify;">
A menudo me atormentan contingencias amenazadoras para mi familia. Si Carlos Alejandro enfermara, ¿no tienen sus padres potestad para impedirme al acceso al hospital o a cualquier decisión relacionada con el tratamiento médico? Si yo muriera, ¿no impedirán mis padres que él acceda a algunos de los bienes que le corresponden?<br />
<br />
Hasta aquí he supuesto circunstancias extremas. Mi familia invisible resulta agredida también en la cotidianidad: por besarnos fuimos expulsados hace unos meses del monumento de la Loma del Capiro. Aquí hay niños, ¡vayan a otra parte! –dijo el custodio-. Otras parejas afectuosas no fueron molestadas. Eran las privilegiadas familias que el Estado reconoce y la sociedad alienta.<br />
<br />
Mi padre considera que Carlos Alejandro y yo no somos una familia, encarnamos más bien –expresó sin un temblor en la voz- una amenaza para la verdadera familia. Mi madre supuestamente acepta nuestro vínculo como legítimo, pero en la práctica lo asume con menos seriedad que los matrimonios de mis hermanos. Nunca nos convidan a las reuniones hogareñas ni a los paseos familiares, incluso estuvieron a punto de despojarme del derecho a la herencia de mi abuela. Así me han negado el reconocimiento que la mayoría recibe desde la constitución de su familia.<br />
<br />
El Estado, históricamente homófobo, no acaba de fijar en las leyes su tímido posicionamiento a favor de los derechos LGBT. Demasiado comprometidos con instituciones estatales, los activistas llevan sus banderas a las calles de algunas ciudades y a los campos deportivos, pero no se atreven a ponerlas ante el parlamento moroso que ignora, y por consiguiente agrede, a nuestras familias. Un derecho demorado, decía el lúcido Martin Luther King, es un derecho negado. Los poderes confían en que toleraremos la tardanza y aguardaremos mejores tiempos para disfrutar de la gracia que quizás nos otorguen. Esperan de nosotros una docilidad incompatible con las tradiciones cubanas.<br />
<br />
Por defender, desde este blog, mi derecho a formar una familia, he tenido que soportar la suspicacia de burócratas políticos y periodísticos. Sutiles amenazas de ostracismo me llegan cada vez que reincido en la defensa de mi familia y mis derechos. Han ocasionado, sin querer, el efecto contraproducente: cada reflexión sobre el tema adquiere, sin proponérmelo, el tono de una acusación. La gente que no me perdona esta resistencia es incapaz de encararme y discutir conmigo la pertinencia de mi reclamo. Son contrarrevolucionarios en el sentido neto del término: no admiten, en lo que perjudica a los poderes, que alguien arguya y denuncie, siquiera sea con el universal derecho de defender a su familia de la invisibilidad.<br />
<br />
Estuve hace unos meses en Ecuador. Un amigo me convidó a un coloquio acerca de la despenalización de la homosexualidad en ese país, hoy mismo favorecido por su pueblo con una de las constituciones más avanzadas de América Latina. Eché de menos que instituciones como el CENESEX, historiadores y activistas LGBT cubanos no sólo hayan eludido cualquier investigación seria sobre las UMAP, sino que tampoco hayan convocado ningún debate público para examinar la trayectoria de la homofobia de Estado en Cuba. Diseñar eficazmente la campaña por los derechos civiles de las minorías sexuales obliga a conocer cómo ha evolucionado la represión y qué mecanismos permitieron la derogación de la penalización. Sorprende que nadie se interese por historiar esas batallas. A la fiscal que me acompañó en un reciente programa radial sonaba mal que yo hablara del tema. Penalizar es un término demasiado fuerte, dijo. Ante estas reticencias es muy difícil llevar adelante una campaña eficaz. Apenas podremos plantar la bandera del arcoiris en el juego de pelota.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
El último recurso de la homofobia, el postrer y desesperado expediente, es que ya no existe la discriminación, o al menos que no es tan relevante como para obligar a tanta “exhibición” de las personas LGBT. Cercanos a cierta ideología burguesa, los últimos homófobos se disfrazan de progresistas y dicen admitir a los homosexuales siempre que sean discretos. Lo siento, señores compañeros. No los complaceremos. Nuestra familia invisible sí es revolucionaria. </div>
Maykelhttp://www.blogger.com/profile/15895893383192361711noreply@blogger.com27tag:blogger.com,1999:blog-1623176189013684519.post-58484997415244394412013-05-13T15:23:00.000-07:002013-05-13T15:25:02.921-07:00Silvia <!--[if gte mso 9]><xml>
<w:WordDocument>
<w:View>Normal</w:View>
<w:Zoom>0</w:Zoom>
<w:HyphenationZone>21</w:HyphenationZone>
<w:PunctuationKerning/>
<w:ValidateAgainstSchemas/>
<w:SaveIfXMLInvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid>
<w:IgnoreMixedContent>false</w:IgnoreMixedContent>
<w:AlwaysShowPlaceholderText>false</w:AlwaysShowPlaceholderText>
<w:Compatibility>
<w:BreakWrappedTables/>
<w:SnapToGridInCell/>
<w:WrapTextWithPunct/>
<w:UseAsianBreakRules/>
<w:DontGrowAutofit/>
</w:Compatibility>
<w:BrowserLevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel>
</w:WordDocument>
</xml><![endif]--><br />
<!--[if gte mso 9]><xml>
<w:LatentStyles DefLockedState="false" LatentStyleCount="156">
</w:LatentStyles>
</xml><![endif]--><!--[if !mso]><img src="//img2.blogblog.com/img/video_object.png" style="background-color: #b2b2b2; " class="BLOGGER-object-element tr_noresize tr_placeholder" id="ieooui" data-original-id="ieooui" />
<style>
st1\:*{behavior:url(#ieooui) }
</style>
<![endif]--><!--[if gte mso 10]>
<style>
/* Style Definitions */
table.MsoNormalTable
{mso-style-name:"Tabla normal";
mso-tstyle-rowband-size:0;
mso-tstyle-colband-size:0;
mso-style-noshow:yes;
mso-style-parent:"";
mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt;
mso-para-margin:0cm;
mso-para-margin-bottom:.0001pt;
mso-pagination:widow-orphan;
font-size:10.0pt;
font-family:"Times New Roman";
mso-ansi-language:#0400;
mso-fareast-language:#0400;
mso-bidi-language:#0400;}
</style>
<![endif]-->
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSI3-4jec3O_tRGjnUL6yxiDAe1vZMVS1VJvW0y2eVCmtDpD4k8CbHn32f6_ZK-q1ssYen9AsuUqliE1H0NDmzR7sEHpdsZkJM3UbeHvwME8hSZBgKmhIq_f8OHq0NEZusGuXppDub35k/s1600/silvia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSI3-4jec3O_tRGjnUL6yxiDAe1vZMVS1VJvW0y2eVCmtDpD4k8CbHn32f6_ZK-q1ssYen9AsuUqliE1H0NDmzR7sEHpdsZkJM3UbeHvwME8hSZBgKmhIq_f8OHq0NEZusGuXppDub35k/s400/silvia.jpg" width="255" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Silvia tenía una mano incompleta.
¿La izquierda? El antebrazo acababa en un muñón cónico rematado por un
incipiente dedo. La mano de mi tía abuela era una verdadera pezuña. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Casi no recuerdo los modales de
Silvia. Vivió con nosotros sólo hasta finales de la década de 1980, poco
después mis padres se mudaron y llevaron consigo a <a href="http://genealogiadelnictalope.blogspot.com/2010/06/antolina-gonzalez-toledo-la-tia-america.html" target="_blank">América, la menor</a>. El resto
de las hermanas solteras de mi abuelo, todas octogenarias, pactaron recluirse
en un asilo. Allá íbamos a verlas. Nos recibían en el jardín para impedir que
los viejos nos besaran. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Se me ocurre que Silvia Valentina
González Toledo nació en noviembre, pues el tres de ese mes la Iglesia festeja a Santa
Silvia de Roma o acaso de Sicilia, la madre de San Gregorio Magno. Mi tía debió
nacer en la primera década del siglo XX, en algún paraje rural. Fue madre de los
sobrinos y escolta de los santos. La evocan con una alcancía y una imagen de
altar a cuestas, ceñido el santo a su cuerpo maduro gracias al brazo del muñón,
solicitando limosna para alguna cofradía. El catolicismo de Silvia tenía visos
medievales: llegó a sugerir, por fe en los curas, que los adolescentes de la
familia –mi padre y su hermana- huyeran de Cuba en la estampida de la Operación Peter
Pan. Hasta un arresto le acarreó su devoción en los disturbios entre católicos
y comunistas. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Durante la República mi tía abuela
desempeñó un cargo menor en el ayuntamiento. Me cuentan, sin aclarar el porqué,
que recibió durante algún tiempo una de aquellas botellas republicanas, una
prebenda obsequiosa. No sé cómo se portó durante los episodios trágicos de la
época. En su condición de transeúnte inveterada y escolta sacra no descarto que
Silvia haya marchado contra los tiranos, compelida por las muchedumbres. Al
menos <a href="http://genealogiadelnictalope.blogspot.com/2012/02/noticias-de-la-guerra.html" target="_blank">dio fe de una épica familiar</a>: se decía descendiente de un mambí muerto en
los campos cuando la guerra de 1895.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Guardo unas fotos que muestran a
Silvia ocultando la pezuña en la palma de su única mano. El escamoteo del
muñón, decidido a no revelarse a la posteridad, corrobora que ella vivió inconforme
con la presunta imperfección, aunque siempre destacó por su eficiencia en las
labores domésticas, incluso en las tareas que requerían el uso de la mano
ausente. Nadie sugirió jamás que hubiera abrazado la suerte de la solterona por
causa de aquella manquedad. <a href="http://genealogiadelnictalope.blogspot.com/2008/09/al-dorso-de-una-foto-esto-escribo.html" target="_blank">Mis tías abuelas pactaron una soltería misteriosa</a>,
inexplicable para la lógica de mi siglo, que no fue el suyo; ellas se formaron
según los moldes del siglo diecinueve. Ninguna protestó el celibato. América,
la tardía casada, celebró sus nupcias cuando quiso, con más de setenta años. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Bien anciana, Silvia adquirió la
manía de colectar objetos inservibles. Gran conmoción le ocasionó una limpieza
forzosa de su habitación: sus tesoros quedaron expuestos, la despojaron de esas
posesiones; yo, entonces pequeño, pude apropiarme de un par de maravillosas
baratijas: una campanilla de hierro y unas tijeras con una trompeta grabada.
Sendas piezas que me adjudiqué y he devuelto en algún poema. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
De las facultades de Silvia
recuerdo su pasión por las matemáticas, la extraordinaria precisión con que
recitaba las tablas de multiplicar. Poníamos a prueba aquel don, solíamos
examinarla en las cifras más dificultosas y nunca la vimos en apuros. Cuatro
por seis, seis por ocho, ocho por nueve. No era muy locuaz al final de su vida,
pero admitía que la probáramos, segura de atinar.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Cuatro por seis, la lozanía lejanísima. La
nostalgia de una familia propia, la pezuña en el aire, fueron iguales a seis
por ocho. El tesoro secreto: ocho por nueve, cifra fantástica, beso rechazado de
los viejos. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
Maykelhttp://www.blogger.com/profile/15895893383192361711noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-1623176189013684519.post-75486026594317562942013-05-06T14:29:00.001-07:002013-05-06T14:29:59.713-07:00Un tren hacia la plusvalía <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjm8Qi9QrEHQsxfbU_52NeFR4cSqBwQOYvdC2YcZdLl65SDQxPXaqFpjvJnx6DVRJ8Z4Vi5cm99W1pIEjLf5955g2CWlR1eciv3pXMYm6HM6LUohRI3yynFqYqiBuL8AygL672GkKzcVdY/s1600/tren2.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="150" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjm8Qi9QrEHQsxfbU_52NeFR4cSqBwQOYvdC2YcZdLl65SDQxPXaqFpjvJnx6DVRJ8Z4Vi5cm99W1pIEjLf5955g2CWlR1eciv3pXMYm6HM6LUohRI3yynFqYqiBuL8AygL672GkKzcVdY/s200/tren2.JPG" width="200" /></a><br />
<div style="text-align: left;">
Me fui a Camagüey en tren. La aventura casi duró nueve horas en un coche
precario, tercermundista. Se acentuó la noción marginal del viaje
cuando pasamos frente al Monumento del Tren Blindado, sitio de
peregrinación en la Santa Clara guevariana: los turistas, de seguro
europeos, perdieron interés en el histórico tren que descarriló el Che y
empezaron a fotografiar, en frenesí de flashes, el perfil de mi tren
desbordado de pasajeros. Era un tren de estudiantes, un transporte
gratuito que la universidad dispone para devolver a sus becarios a las
provincias cercanas. Los europeos, sorprendidos y regocijados, seguían
al dinosaurio con miradas y lentes ávidos. Me molesté. Éramos las
simpáticas bestias de un zoológico humano -así nos vieron-, y algunos
saludaban en respuesta a los adioses que les obsequiaron los pasajeros.
Pronto abandoné el proyecto de escribir una crónica de viaje: más allá
de Sancti Spiritus casi no había pueblos, los que cruzamos eran pequeños
y miserables. Recuerdo apenas un hotel ecléctico bastante grande, en
ruinas frente al parque de Majagua. En Guayacanes –una aldea que
desconocía- subsisten unas casas norteamericanas. Piedrecitas posee la
única estación de la Cuba Railroad que perdura en el itinerario. Y no
tengo nada que referir de Gaspar. Los motivos cronicables de estos
pueblos no rinden más de una línea por cada uno. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6pjfgSKcjuyc4vS11OSuwQLAYf-8YJuDLRpZoMlL03sZErp5OIyGgf13Ofq5gq2lSLzyl_SEEh59Gc0J8PHrKbXGEQoslpYQmuO_wqcqvD_93FX45efJoa2Th8RErQvBsx4xcX0uaLpU/s1600/guayacanes.JPG" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="150" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6pjfgSKcjuyc4vS11OSuwQLAYf-8YJuDLRpZoMlL03sZErp5OIyGgf13Ofq5gq2lSLzyl_SEEh59Gc0J8PHrKbXGEQoslpYQmuO_wqcqvD_93FX45efJoa2Th8RErQvBsx4xcX0uaLpU/s200/guayacanes.JPG" width="200" /></a>A mi regreso conté algunos incidentes del viaje a Esteban, un amigo
emigrado hace pocos años a Alemania. Pensé que él pasaría el tema por
alto o deploraría el atraso de nuestros medios de transporte y se
limitaría a preguntarme por la salud de mi familia en Camagüey. Esteban,
sin embargó, se entusiasmó con el tema ferroviario: ¿quedan trenes en
Cuba? ¿cuánto cuestan los pasajes? ¿demora el viaje? Cada pregunta me
desconcertaba más. Me describió luego, con amena precisión, el confort y
la puntualidad de los trenes germanos, cuyas virtudes pude recrear
evocando algo que leí una vez sobre el TGV francés. La pasión
ferrocarrilera de Esteban arreciaba, y yo estaba tan desconcertado que
lo encaré. ¿Y por qué te interesan tanto los trenes? –pregunté-. Su
respuesta podría figurar en una antología de la enajenación, sobre todo
porque viene de un cubano de mi generación, viajero de trenes precarios
toda su vida, endeble viajero por naturaleza, que ha tenido que pugnar
con los inconvenientes de su otredad en Alemania, pragmática locomotora
europea. <br /><br />El ferrocarril –razonó Esteban- podría convertirse en
un sector muy rentable, un buen destino de inversiones cuando caiga el
socialismo en Cuba. <br /><br />No respondí, cambié de tema. ¿Cómo argüir
con mi lógica antigua, ridícula a su juicio? Me reafirmé, eso sí, en mi
vocación anticapitalista. Uno de los peores mitos del capital es,
precisamente, que todos pueden acceder a la riqueza. La clave para
conseguirlo la disimulan hasta dónde pueden: se trata de hallar algún
expediente para esquilmar al prójimo, y no suelen confesarlo. Ese método
lo asumen algunos ingenuos como razón natural y ética, una buena receta
para medrar. Mi viaje tercermundista por pueblos exhaustos no suscitó
siquiera una reflexión pesimista o poética, sino la urgencia de
reformarlo todo para obtener ganancia. ¿Cuántos más hábiles y
adinerados, experimentados ya en estos lances, no aguardan la
oportunidad de reconstruir el país para su provecho? <br /><br />Caramba,
Esteban, que la plusvalía de Marx sí existe. Prefiero tener mis manos a
salvo y continuar viaje hacia las desiertas planicies. <br /><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCSd8McO7CzI7wF6WAtWvvQybO7c0vuua3t8SqE1zBYfbDLV3dFlAnvK4d6HEbwFG8xPDW5pSDAkQPxEga0TQHGnfrZ57g9FzXYoryjt6ieXHta0H5BJQMmIODOLTkwkp5ztKzvtvn4n8/s1600/tren1.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCSd8McO7CzI7wF6WAtWvvQybO7c0vuua3t8SqE1zBYfbDLV3dFlAnvK4d6HEbwFG8xPDW5pSDAkQPxEga0TQHGnfrZ57g9FzXYoryjt6ieXHta0H5BJQMmIODOLTkwkp5ztKzvtvn4n8/s320/tren1.JPG" width="320" /></a></div>
<br />Maykelhttp://www.blogger.com/profile/15895893383192361711noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1623176189013684519.post-73181461557800775482013-04-29T19:19:00.002-07:002013-04-29T19:23:53.667-07:00De la noche del sábado...<div style="text-align: justify;">
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidPUxCGioKZ91cyoaM9EfOOiCSDAOebfSQvLaXihbH2acFslhSEOw_pFVvpJq6QR_fM9VmR9gLspZeZyuoFeDkiRKCvK4jBsHBdEYrkCEIC_1HS7W-jp3Zx47o-gLCZbfus48U7ldIXSU/s1600/Isabela,+28+de+abril+388.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidPUxCGioKZ91cyoaM9EfOOiCSDAOebfSQvLaXihbH2acFslhSEOw_pFVvpJq6QR_fM9VmR9gLspZeZyuoFeDkiRKCvK4jBsHBdEYrkCEIC_1HS7W-jp3Zx47o-gLCZbfus48U7ldIXSU/s400/Isabela,+28+de+abril+388.JPG" width="300" /></a></div>
<br />
De la noche del sábado sobreviven estas imágenes defectuosas. Encuadres incorrectos, desenfoques, escasa luz, composiciones previsibles las estropean; tienen la virtud de no haber sido retocadas, si esa resignación a lo imperfecto poseyera un valor siquiera afectivo. Ninguno de los errores enumerados, creo, disminuye el misterio. Las debo al viento, y al parentesco de la sábana con el desprovisto paisaje. <br />
<br />
Él estaba en la proa de este lado de la isla, como el mascarón de un barco fantasmagórico. La brisa de la costa isabelina le esculpía el carácter, no el cuerpo: se ensimismaba, dudaba, escondía las manos en el azul revuelto porque no le parecen hermosas.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQZAtniL01cEBERPMxlh1Z1E6rz5hSd_md9Iu9GpRo0tTzmYZYt6U15kDvQEHoxnntnSZgVkQdz1Gt0SeCjNyzLCsaChVEgsL-VTsCkLs9GNp6TED1v3FDTGOYbHARvS70DTBqLQ_sOzM/s1600/Isabela,+28+de+abril+417.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQZAtniL01cEBERPMxlh1Z1E6rz5hSd_md9Iu9GpRo0tTzmYZYt6U15kDvQEHoxnntnSZgVkQdz1Gt0SeCjNyzLCsaChVEgsL-VTsCkLs9GNp6TED1v3FDTGOYbHARvS70DTBqLQ_sOzM/s320/Isabela,+28+de+abril+417.JPG" width="240" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhv-t_wuh8zM95GOqo8n9l6SBi21Wjl9icEXBJESkS-BFT9U-TgQvotfgrb-VSZNnGvBlEMY73meKXcAKfObAbD22zjXe016OYEJihNSq5rJordgZjED8UDqZ5IVMLwPBKeZILZrBGq4Y0/s1600/Isabela,+28+de+abril+375.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhv-t_wuh8zM95GOqo8n9l6SBi21Wjl9icEXBJESkS-BFT9U-TgQvotfgrb-VSZNnGvBlEMY73meKXcAKfObAbD22zjXe016OYEJihNSq5rJordgZjED8UDqZ5IVMLwPBKeZILZrBGq4Y0/s400/Isabela,+28+de+abril+375.JPG" width="300" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5KGizPggG-wEoEBzWIu_mr93UYWJqjYkALGpdxy9m-E0-y45TRwVWhMEvOBTG_BPhqTyXJpZBVGV493Z5Yzmpypv-ire1FusVljNolFB7D543vU3IUSU5Q-VCCW6HY0j5-PQbVo4A7nI/s1600/Isabela,+28+de+abril+424.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5KGizPggG-wEoEBzWIu_mr93UYWJqjYkALGpdxy9m-E0-y45TRwVWhMEvOBTG_BPhqTyXJpZBVGV493Z5Yzmpypv-ire1FusVljNolFB7D543vU3IUSU5Q-VCCW6HY0j5-PQbVo4A7nI/s320/Isabela,+28+de+abril+424.JPG" width="240" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXyYz1HXg1bYwKZR568KoHvz5RH2Gs8_XzAX5z0nhjg79uoePT1NChgtJgjBiMS8Q0eE4x9lntR_HVW06tMpSyB6sKKxcvL9eu8nwC4gdNwIjeK-RFImWf7Fm2GVsFfMIQWvgblesryQ0/s1600/Isabela,+28+de+abril+416.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXyYz1HXg1bYwKZR568KoHvz5RH2Gs8_XzAX5z0nhjg79uoePT1NChgtJgjBiMS8Q0eE4x9lntR_HVW06tMpSyB6sKKxcvL9eu8nwC4gdNwIjeK-RFImWf7Fm2GVsFfMIQWvgblesryQ0/s400/Isabela,+28+de+abril+416.JPG" width="400" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
</div>
Maykelhttp://www.blogger.com/profile/15895893383192361711noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-1623176189013684519.post-33082224292030286532013-04-20T20:08:00.003-07:002013-04-20T20:08:55.927-07:00Beleño negro <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8lSQQ2RDufrgdn9GOc-2299jdNksq0n4ZHC5xKqf-YmdwnaJ_2wVHveJH3Y33bCfgM2UFh0a2YYIIJpH-L_fTRKcn1AOqEnYlMthoXG7jMv5rHINBOPBBHdxfy_IAQlJzpirZqZMv7Bo/s1600/DSCN0179.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8lSQQ2RDufrgdn9GOc-2299jdNksq0n4ZHC5xKqf-YmdwnaJ_2wVHveJH3Y33bCfgM2UFh0a2YYIIJpH-L_fTRKcn1AOqEnYlMthoXG7jMv5rHINBOPBBHdxfy_IAQlJzpirZqZMv7Bo/s320/DSCN0179.jpg" width="320" /></a></div>
<br />Surgía como un brote venenoso <br />del desprecio anterior. <br />Su gesto hendía la disposición amena <br />que me inspiraba la perfección de la semilla <br />oculta en la caja de sus hallazgos. <br />Señaló el nacimiento <br />de nuestro trato con un ademán <br />menos gentil que una zancadilla, <br />y apuntó luego al norte de un país de bosques antiguos, <br />árido hoy, marisma. <br />Abierta quedó la caja cuando le maté, <br />expuestas sus posesiones <br />a los fisgones de la ruta solitaria.<br />Indemnes retoños <br />todavía germinan en mi afición al hedor del beleño. <br />Pero los tallos sangran oscuros humores <br />y acaso sanan del rencor <br />guardado entre los hallazgos de la caja. <br /><br /><span style="font-size: large;"><b>...</b></span><br /><br />
<h3>
Écfrasis </h3>
El chico de la copa Warren y yo <br />en otro lienzo o encima de férreos manteles <br />fuéramos rebeldes. <br />De noche evadimos <br />a los espías lúbricos de esta calle <br />y nos tendemos sobre la mesa, <br />junto a la cena intocada, <br />a aguardar por la compasión de todos, <br />a denostar la rigidez de la escena que hemos habitado. <br />Al vulgo amante de las figuras griegas <br />y las escenas húmedas <br />importa que un bacín rebose pétalos; <br />a nosotros urge que la noria <br />gire naturalmente, <br />a favor o contra nuestra costumbre <br />de mostrarnos a quienes nos descubren tan gentiles y venturosos.<br />El de la copa Warren y yo, <br />chicos denostados por la gente compasiva. <br /><br />Maykelhttp://www.blogger.com/profile/15895893383192361711noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-1623176189013684519.post-23775345304538425872013-04-10T16:59:00.001-07:002013-04-10T17:01:56.480-07:00Tan negro que no se me ve<h3>
<span style="font-size: small;"><i><b>(A propósito del caso Zurbano)</b></i></span></h3>
<br />
Para aparecer como una superlativa mierda sólo me faltó ser negro, y acaso mujer. Ya soy pobre, homosexual y seropositivo. He sobrevivido a numerosas discriminaciones y he resistido algunas; acaso el cariz más desalentador de esos combates sea enfrentarse a al menosprecio tácito, a la minusvalía simbólica que los dominadores históricos alientan incluso en mí mismo. El desmesurado poder de los imaginarios es una carga que me joroba. Mis padres, por ejemplo, se resisten a admitir la etiqueta de racistas, pero lo son. Yo, maricón, arremeto contra la homofobia y soy homofóbico. <br />
<br />
Ayer supe de la última polémica en la palestra, generada por <a href="http://www.nytimes.com/2013/03/24/opinion/sunday/for-blacks-in-cuba-the-revolution-hasnt-begun.html?_r=1&" target="_blank">un artículo de Roberto Zurbano</a> que examina la pervivencia del racismo en Cuba, y sobre todo la desventaja de los negros para situarse en un escenario político y económico que anuncia la desintegración del socialismo. ¿Qué replicar a Zurbano? La Revolución, por principio, se opuso al racismo, pero no fue suficiente. Y esa verdad de Perogrullo y de Zurbano, lamentablemente, no gusta, porque la Revolución, para ciertos opinadores, es perfecta. Ella misma se sabe incompleta, pero ciertos usufructuarios no admiten que se diga a bocajarro. Me molestó bastante el tono de las réplicas publicadas en Internet: las rectificaciones -¿será casual?- resultaron racistas sin querer, racistas a pesar de ellas mismas… <br />
<br />
Yo sí entiendo a Zurbano, quizás porque todas las marginaciones comparten una raíz. Y por eso me sobrecogió <a href="http://www.lajiribilla.cu/articulo/4278/dolor-alegria-resistencia" target="_blank">el artículo, un verdadero ensayo, que Víctor Fowler escribió para dilucidar el caso</a>. Quien no se haya sentido en la carne de la mierda no puede comprender las razones del insomnio que Fowler describe. La situación de los homosexuales es peor. Al menos los negros contaron con apoyo oficial e institucional para socavar el racismo visible. Otras minorías han sido excluidas del canon con más empeño. <br />
<br />
<a href="http://genealogiadelnictalope.blogspot.com/2012/09/censo-2012-cuba-en-una-foto-desenfocada.html" target="_blank">El año pasado denuncié la homofobia del censo, revelé que la actitud de la ONEI traicionaba la política del Partido y de la Revolución.</a> No hubo respuesta. El censo fue homofóbico, la prensa internacional dijo que Cuba discriminaba sin pudor; a mí trataron de amordazarme unos funcionarios provincianos que no creen en la sinceridad del pronunciamiento antihomofóbico de la principal organización política de Cuba. Yo sí creí. Como creo que Zurbano tiene derecho a su análisis. <br />
<br />
El drama histórico de los negros es desolador, no sólo por las circunstancias puntuales de explotación y subalternidad, sino por el sedimento que echó en nuestro imaginario nacional. Hace muy poco, por ejemplo, no sabíamos que hubo familias cohesionadas y redes de apoyo entre los esclavos decididos a la emancipación. Existía el prejuicio de que tales familias no existieron hasta que una indagación microhistórica de María del Carmen Barcia rescató la tragedia. Conozco a algunos que piensan, ahora mismo, que las familias homosexuales no existen. Que los negros cubanos tienen las mismas oportunidades de movilidad social que los blancos. Que las políticas gubernamentales, correctas o no, no pueden cuestionarse. El recurso para conjurar la invisibilidad, sin embargo, no atañe a la historiografía en estos asuntos, sino a la sociedad civil. Los negros, los homosexuales, deben organizarse para dialogar, de modo más contundente, con los poderes. Ese derecho no está reñido con el socialismo, por el contrario. Si los homosexuales, transexuales, etc., estuvieran organizados en una o varias instituciones propias y combativas, es probable que al menos la desvaída unión civil que nos auguran hubiera sido aprobada. <br />
<br />
En fin, basta. Sé que estoy hablando solo y que ningún cubano de la isla comentará esta reflexión. A menudo soy tan negro que no se me ve en la noche. No se me ve ni quieren verme. Maykelhttp://www.blogger.com/profile/15895893383192361711noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-1623176189013684519.post-60207217739788656802013-03-25T15:48:00.001-07:002013-03-25T16:06:32.320-07:00Sillón de barbero<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikvxGQqjcRTUVp8lsy7dIPEl5v878pWKPfF3uUTLEVcCh5iEhbidM6BYkwzwfF6IrlwoyxPayrcvw_yQbCugFVECYG7jTKTwKAAMuCfuiN1pLq9wdquKq6iMx7oF2r-gFyFS7GJXf85FY/s1600/sillon_barbero.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikvxGQqjcRTUVp8lsy7dIPEl5v878pWKPfF3uUTLEVcCh5iEhbidM6BYkwzwfF6IrlwoyxPayrcvw_yQbCugFVECYG7jTKTwKAAMuCfuiN1pLq9wdquKq6iMx7oF2r-gFyFS7GJXf85FY/s320/sillon_barbero.JPG" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Recuerdo bien cómo, de pequeño, no gustaba de hacerme cortar el cabello y solía dilatar las visitas al barbero. Lo atribuyo al prejuicio, tan arraigado en cualquier hombre, de poner la cabeza en manos ajenas: el peligro de dar la espalda a quien sostiene tu cabeza, imaginar que las tijeras te estropean la piel. He recordado aquel miedo al hallar este sillón de barbero, que parece una máquina de tortura. Los sillones de mi infancia eran más elegantes. Las barberías decadentes conservaban entonces su mobiliario republicano, decorado con follajes gruesos. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ante este sillón he sentido miedo de todo; han vuelto aquellos terrores antiquísimos, invencibles. Lo más trágico de este retorno acaso sea que ya no hay barbero: yo mismo me destrozo con unas tijeras negras. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En mis delirios de la duermevela soy un pequeño fracasado que se da muerte. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Confieso, lúcido ahora, que no temo darme muerte. Yo mismo quise cortarme el cabello una vez. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hace poco hice un viaje que no he querido referir aquí. Fue un viaje a las montañas, peligrosísimo, a expensas de un cicerone perturbado que amenazaba con despeñarme. Lloviznaba y era la nube que nos envolvía; le debo gratitud por eso al infeliz guía. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La humedad de aquel viaje inhóspito todavía me cala; la disputa de ayer por causa de un intruso que no existe; el <i>nonsense</i> de estos días amordazados; no sé cómo articularlo todo para que yo pueda vivir sin amargura y dormir tranquilo. Por eso le dije un día a alguien que la última justificación del arte es ordenar las circunstancias e imágenes trastocadas, vertebrar relatos más o menos coherentes que alejen la certeza del galimatías, al menos por un tiempo. Por eso escucho esta noche a Gabriel Fauré y me siento a escribir en el sillón del barbero. </div>
<br />
<h3>
<b>…</b></h3>
<br />
Cuánto necesito rematarla. A la muerte bellísima. <br />
<br />
Para cuidar la cabeza tuya de la ciudad, <br />
yo trazaba una orla <br />
que era un laurel o un cardo -una corona honorable- <br />
y no conseguía cerrar el círculo de la incompletez mía, <br />
esa iracunda necesidad. <br />
<br />
He roto la línea -¿porque no consigo disponer <br />
el carácter de la orla, el adorno, la ciudad?-.<br />
<br />
He roto el trazo <br />
que esbozaba sobre tu cabeza destrozada<br />
para recomponerte la buena voluntad y restituírmela.Maykelhttp://www.blogger.com/profile/15895893383192361711noreply@blogger.com2