lunes, 15 de noviembre de 2010

El placer de no viajar

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Tengo el placer de no viajar.

De niño fui una vez a cayo Esquivel a bordo de una patana y recuerdo que los delfines eran menos esbeltos de lo que esperaba. Ejerzo el placer de permanecer y me excuso con el plausible argumento de las mitologías: los viajes son semejantes a la muerte.

Tengo mis flaquezas, sin embargo. A veces quiero navegar. No me excitan los aviones ni los carromatos que van a Roma. Lo mío es la navegación. Por eso jugué, dramáticamente, a hundir una barcaza de plástico en la bañadera de mi casa y coleccioné sellos marineros y me pego siempre a la costa de Isabela para ver la silueta de un barco fantasma.

Ahora estoy obsesionado con los vapores que partían de Barcelona o Nueva York y, después de hacer escalas en Canarias, Puerto Rico, Nassau o Arecibo, llegaban a La Habana, Matanzas y Sagua la Grande.

De Barcelona procedían los buques “Pinillos”, “Conde Wifredo” y “Pío IX”. Eran mixtos: llevaban velas y máquina de vapor. Los periódicos catalanes de finales del siglo XIX anunciaban las salidas:

VAPORES TRASATLÁNTICOS
de "Pinillos, Saenz y Compañía"
Para Puerto Rico, Habana, Matanzas y Sagua la Grande
Saldrá á primeros de julio el grandioso vapor de acero
de 4,5oo toneladas, 100 A. I. más deí Lloyd
Miguel M. Pinillos
Admiten carga i flete y pasajeros para dichos puntos
y también para CANARIAS.


Según algunas fuentes esta línea fue la primera naviera de España.

Otra compañía barcelonesa, la de F. Prats, con oficinas en la Rambla de Santa Mónica número 21, destinaba su vapor “Gran Antilla” al itinerario que seguía desde La Habana hasta Sagua, Caibarién y Santiago de Cuba.

Ward Line, Munson Line y Bea Bellido & Co. admitían pasajeros y carga en Nueva York para los puertos de Matanzas, Cárdenas y Sagua la Grande. También hacían escalas en México, Florida y Nassau.


La Ward y la Munson, aunque se expandieron y llegaron a servir las rutas de Montevideo y Buenos Aires, tuvieron a Cuba como un destino especial y bautizaron a sus buques –en el caso de la Ward- con nombres de puertos cubanos.

Adelfa Villar, la antigua jueza de Isabela, me señalaba hace unos años la situación exacta del desaparecido “muelle de la Munson”, que daba a la desembocadura del Undoso. La Munson Line poseía una publicación denominada “The Cuba Review & Bulletin” donde aparecieron fotos del puerto marítimo isabelino y una lista de “business firms of Sagua la Grande” que consigna a Manuel Rasco como agente de la línea de vapores.

Un volante publicitario impreso en 1888 con el título “Ward Line to the tropics” establecía la ruta de los vapores de la compañía de James Ward: Havana, Nassau, Matanzas, Cárdenas, Sagua, Santiago de Cuba and Cienfuegos…

Pasajes, menús, fotos, papeles sueltos han quedado para mostrar el lujo de los buques de la New York and Cuba Mail Steamship Company, nombre oficial de la Ward Line.

Una estampa del vapor “Conde Wifredo” en Málaga y un óleo del “Miguel M. Pinillos” me dejan imaginarlos al momento de atracar en la rada sagüera.

A mi placer de no viajar sucede entonces el hábito de desembarcar desde ningún destino, recién llegado incansable desde el ultramar de mi navegación por aguas imposibles.


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Ilustraciones:
Cartel de la Ward Line, 1883.
Emblema de la Ward Line.
Vapor Miguel M. Pinillos, óleo de J. Pineda.
Folleto de la Ward Line, 1890.
Pasaje de la Munson Line, 1906.
Vapor Cienfuegos, Ward Line.
Cartel de la Munson Line con sus destinos cubanos, 1900.

7 comentarios:

Unknown dijo...

Es increíble cuanto somos distintos (me gusta navegar pero solo en internet, no en barcos) y cuanto me gusta como escribes. Toda la primera parte me parece un espléndido poema en prosa (desde el inicio hasta barca fantasma)
Enhorabuena Maykel.
Saludos.
Leo

◊ dissident ◊ dijo...

Yo tampoco viajo, aunque pienso viajes. Me gusta mucho los distintos navíos y su evolución en la historia, pero he de reconocer que las grandes masas de agua me dan un miedo atroz, y no sé yo si querría embarcarme, aunque de la forma como lo escribes se me abren las ganas.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Pues a mí sí me gusta viajar, con gusto haría un crucero alrededor del mundo, pero la inmediatez del avión me motiva más, un día viajare a Sagua y no será en un Vapor, pero la pasare tan bien.
Un abrazo “viajero”

Maykel dijo...

Leonel, yo quiero navegar en todas las aguas. Y es una gran ambición, por eso me hago a las aguas del poema.

Un abrazo. Y gracias.

Maykel dijo...

Dissortat, lo paradójico es que yo también le temo a las aguas oscuras. Fíjate que una ilustración de un libro de mi infancia -Fabuloso mar- me daba miedo. Entonces, en los días de la vela- la gente solía confesarse antes de viajar. Que todos los viajes nos cojan confesados, aun los viajes mínimos.

Un abrazo.

Maykel dijo...

Gino, te espero.

...

Nada para Nicol; está probado que es spam.

Anónimo dijo...

Preciosa entrada. ¿Podrás ser tan gentil y poner la imagen del Conde Wifredo?
Entre paréntesis, ¿sabes si los viajes a América los hacía siempre desde Barcelona como puerto de origen?
Muchísimas gracias.